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Después, lo del sexo en la casa de él, no lo voy a contar
porque es para el morbo del lector o lectora, y no tiene
sentido. Pero si, hubo sexo.
Ella no se quedó a dormir, no le gustaba dormir en la
casa de los hombres con los que andaba. Prefirió volver
caminando por la playa hasta su hotel.
La mañana siguiente volvieron los dos niños a la casa,
le contaron efervescentemente todo lo que habían hecho con
los abuelos, mientras él no daba más de la resaca.
Siendo domingo decidió llevarlos a la playa, a ver si
descargaban un poco de energía en la arena y él se dormía una
siesta tirado. Prepararon todo y salieron.
Ella desayunó tarde y salió a caminar por la orilla.
Mojaba sus pies en el agua, alucinaba con dejar todo en
Argentina e instalarse allí, con él. Le había gustado todo lo
que conoció de él.
De repente, mientras soñaba con dejar todo, y
arriesgarse, ve la figura de él con los dos niños, jugando. Negó
a pesar de su certeza, que fuera él, no quería que fuera él.
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