Page 11 - pizarnik mail
P. 11
11
b) Roberto Juarroz. febrero 18, 1963
Adrogué, febrero 18 de 1963
Querida Alejandra:
He recibido tu libro. Gracias por habérmelo hecho enviar. Lo he leído con cariño y
atención. Pocas cosas me han gustado tanto últimamente. Puedes estar tranquila: tu libro está lleno de
poesía limpia y verdadera, de penetración en todo cuanto amamos, de lenguaje maduro en la poesía. El
título (tu recuerdas mis reparos) se sostiene admirablemente con el bello prólogo de Octavio Paz, que
hace juego con su extensa introducción a las traducciones de Pessoa, que acaba de hacerme llegar
desde México, “con un saludo del autor ausente”. Estamos, mi querida Alejandra, en lo más que puede
dar la vida y es en lo substancial que podemos sentirnos sostenidos para seguir viviendo o creando, que
para nosotros es lo mismo.
Te agradezco el poema de Liseano, que irá en el próximo número de P-P. Cuando le escribas a
Carrera Andrade, pídele uno para el número siguiente. Lo mismo con respecto a Cortázar.
Hace muy poco, en casa de Porchia, hablamos de ti y pude comprobar nuevamente el cariño con
que te recuerda y el aprecio real que tiene por lo que tú haces. Si algún día volvieras, no tendrías motivos
para sentirte sola y sin resonancia, a pesar de las fealdades de este país. Y pienso que ahora tampoco
tienes motivos para esa depresión que a veces te ronda. Tu palabra, tu ser, ha encontrado ya mucho más
que la dosis mínima de esas correspondencias sin las cuales vivir nos resultaría insoportable. Para
quién podría el mundo tener mayor sentido? Los inconvenientes de otra índole –económicos,
familiares, etc.) no son otra cosa que molestas fantasmagorías. No te olvides de estar despierta.
Si aún no me has enviado Tel Quel, no lo hagas: acaban de hacerme llegar un ejemplar,
seguramente por intervención de Caillois. Si ya lo pusiste en el correo, me vendrá muy bien tener dos.
Me gustaría saber algo de Farías y sus andanzas por allí. Pudiste ayudarle en alguna medida?
Por mi parte, vivo. A solas y con Laura. Preparo poco a poco el volumen de Segunda poesía vertical,
que espero publicar en los próximos meses y me da bastante trabajo, como siempre que debo volver
sobre mis cosas, ya que no puedo dejar de hacer otras nuevas y de experimentar en cierto modo que
todo eso me demora o me resta disponibilidad. Debo agregar a lo anterior algunas críticas en La Gaceta,
el desvelo más o menos constante de la revista, algunas tareas editoriales y un trabajo vespertino en la
biblioteca de la facultad, que posiblemente se extienda hasta julio, fecha en la que retomaré allí el curso
que tengo a mi cargo. Junto a todo eso, lectura, pensamiento infinito.
Querida Alejandra: entre el comienzo y el fin de esta carta, que en eso se parece a la vida, ha
nacido un pequeño poema. Termino, entonces, enviándotelo, pues te pertenece un poco. Un afectuoso
saludo de Laura. Un abrazo y toda la compañía que pueda fluir a través de la distancia.
Rubén
Un largo túnel se me acerca a la boca
y me baja la voz,
ese anillo que no termina nunca de cerrarse.
Busco en vano una palabra
que sirva como dedo del anillo,
ahora mucho más cerca
Si el túnel fuese decididamente largo,
si fuera un túnel que retornara siempre de su extremo,
él mismo sería el dedo.
Sólo cuando haya un dedo se cerrará el anillo
Libreria de Antaño info@deantano.com