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Frijoles
Los frijoles eran otro alimento básico en
la dieta azteca porque, al igual que el
maíz, eran una buena fuente de
proteína. Según Smith, los frijoles se
servían en cada comida de la cultura
azteca. Eran remojados en agua durante
varias horas y luego hervidos hasta que
estaban tiernos, que es el mismo método
todavía se utiliza hoy en día para
preparar frijoles enteros. También los
mezclaban con otros ingredientes, como
verduras, para hacer la sopa o el guisado.
Ocasionalmente, los aztecas comían
carne con sus frijoles.
Frutas y vegetales
El pueblo azteca cultivó una variedad de frutas
y verduras, que les proporcionaba las
vitaminas y minerales clave que necesitaban
para mantener su vida activa y su buena salud.
Entre las frutas y verduras más destacadas se
encontraban los chiles, batatas, tomates,
cebollas y aguacates. El pueblo azteca también
cultivó varios tipos de zapallo, como el zucchini
y las calabazas. También comían semillas de
calabaza, señala Smith. El cactus de pera
espinosa, llamado nopal, también aparece
presente en la dieta azteca.
Carnes y otros alimentos
La carne no era una parte prominente de la dieta azteca
porque tomaba una gran cantidad de trabajo cazar y
porque no había fuentes de carne en abundancia en las
áreas donde los aztecas se asentaron. Ocasionalmente, la
gente cazaba y mataba a un animal, usualmente un pavo o
un perro. Los insectos y los huevos de insectos eran otra
fuente de proteínas en la dieta azteca, aunque por lo
general los pobres los comían. Las algas se utilizaban para
hacer un postre similar al cheesecake y los granos del árbol
de cacao se utilizaban para hacer una bebida chocolatada.