Page 49 - Enviando REVISTA
P. 49

La necesidad de fortalecer el poder de la dinastía reinante obligaba a los emperadores a trasladarse
                  a las principales ciudades, donde ofrendaba sacrificios a los dioses y presidía ceremonias religiosas.
                  El traslado del emperador significaba la movilización de cientos de individuos, entre una nutrida
                  delegación cortesana, funcionarios, concubinas y una escolta numerosísima. El toldo ceremonial
                  protegía al emperador de las inclemencias del clima. Estaba finamente bordado en oro y plata y
                  adornado con piedras. Predominaba el color verde, en honor del quetzal, el ave sagrada de los
                  aztecas. Los servidores que sostenían el toldo ceremonial debían dirigir su mirada al piso y  por
                  ningún motivo observar al emperador. Si acaso así lo hacían, se tomaba como una irreverencia que
                  se pagaba con la sentencia de muerte.
   44   45   46   47   48   49   50   51   52   53   54