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En 1519 Cortés, enviado por el gobernador de Cuba, Velázquez, llegó cerca de la "Villa Rica de la
Veracruz" y se anunció como el comandante supremo. Con 400 soldados y 15 caballos, Cortés fue
recibido por Moctezuma quien le dio la bienvenida e incluso le asignó una intérprete, una mujer
llamada Malintzin. Cuando los aztecas se percataron de que Cortés no era un dios, lo trataron con
respeto y le obsequiaron oro y tesoros. Por ello, Cortés tomó a Moctezuma como rehén y demandó
más riqueza.
Los soldados españoles permanecieron en la ciudad sin que la gente se opusiera a ellos por espacio
de 6 meses. Sin embargo, durante la ausencia de Cortés, el oficial español Pedro de Alvarado
masacró a unos 200 aztecas pertenecientes a la nobleza que se había reunido para celebrar una
ceremonia. Los aztecas se defendieron para expulsar a los españoles de Tenochtitlan y muchos de
ellos murieron ahogados en los canales que rodeaban la ciudad, junto con sus pesadas cargas de
oro recién saqueadas. Moctezuma murió en esas batallas y Cuitlahuac, su hermano menor, lo
sucedería. Sien embargo, Cuitlahuac sólo gobernó unos cuantos meses pues moriría de viruela.
Cuauhtemoc, sobrino de Moctezuma, fue nombrado emperador entonces.
Los españoles recularon para reunir fuerza y aliados y regresaron a Tenochtitlan para sitiarla.
Finalmente, el 13 de agosto de 1521, después de meses de batallas inequitativas, concluyó la caída
de Tenochtitlan. Las armas españolas que incluían hierro, pólvora y caballos, desconocidos hasta
entonces por los aztecas, así como la determinación de los pueblos aliados a los conquistadores que
vivían bajo el dominio azteca, fueron factores cruciales para la caída de la ciudad.
El Imperio Azteca había sido destruido. Las ruinas de Tenochtitlan fueron la base sobre la que los
españoles construyeron una nueva colonia. Hoy en día, la catedral de la ciudad de México se levanta
sobre las ruinas de un templo azteca y el Palacio Nacional ocupa la superficie de lo que una vez fuera
el palacio de Moctezuma. La grandeza de esta civilización influyó notoriamente en el desarrollo de
México. La agricultura, la arquitectura, la religión, la astronomía, el comercio y la artesanía fueron
sólo algunos campos en los cuales los aztecas sobresalieron.
Extensamente documentado, el fin de la civilización azteca marcó también el final de las
civilizaciones mesoamericanas. Por ello, la formación de una nueva raza estaba por comenzar. Una
colonia española, la Nueva España y después, una nueva nación, México, florecieron como resultado
del choque entre dos mundos, Europa y Mesoamérica.