Page 8 - Las emociones de los estudiantes y su impacto en el aprendizaje
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12     Las emociones de los estudiantes


                 de relación con la mayoría de mis alumnos (algunos alumnos simplemente
                 te odiarán a pesar de ello y esto, en sí mismo, me supuso una conmoción).
                 Creo que algunas personas son profesores natos, pero me doy cuenta de que
                 algunos profesores no son de la misma opinión. A pesar de que siempre me
                 he considerado cercano, con el paso del tiempo quedó claro que estaba muy
                 equivocado. Necesité conocer a una estudiante de 17 años llamada Emily para
                 ser plenamente consciente de esto.
                     Emily siempre parecía muy capaz y segura de ella misma y daba la impre-
                                                         gratuita
                 sión de que su positividad no conocía fronteras. Cuando sus notas empezaron
                 a caer en picado y empezó a saltarse clases, decidí que teníamos que tener una
                 charla. Supe que Emily había tenido dificultades durante un tiempo, pero ella
                 no pensó que pudiera pedirme ayuda. “Crees que soy lista, pero no lo soy”, dijo
                 ella, “¿Cómo iba a decirte que lo estaba pasando mal y que tenía dificultades?”.
                 No estoy diciendo que este intercambio fuera cierto tipo de revelación, una epi-
                 fanía que daría forma al resto de mi carrera, pero me hizo detenerme y tomar
                 nota y pensar en cómo etiquetaba a los alumnos, tanto de manera positiva como
                 negativa. Emily se había vuelto prisionera de sus ansiedades sobre su propio
                 fracaso potencial, y se sentía como cayendo del pedestal en el que yo la había
                 colocado. Estaba preocupada por no fracasar; y, como veremos en el Capítulo 10,
                            Muestra
                 el miedo al fracaso puede llevar a comportamientos muy destructivos.
                     La ansiedad es tal vez la emoción negativa sobre la que más se ha inves-
                 tigado, centrándose en su impacto sobre el aprendizaje. Como yo cuando era
                 más joven, los niños se aturullan; se olvidan de lo que han aprendido, malin-
                 terpretan enunciados y constantemente temen que se les dirijan preguntas en
                 clase. Incluso pueden volverse mudos temporalmente si se les presiona para
                 que respondan. La solución inmediata podría ser ayudar al alumno a relajarse
                 o asistirle para que alimente emociones positivas.
                     La relación entre emociones positivas y negativas es compleja y algunas
                 áreas de investigación han vinculado erróneamente emociones positivas con
                 resultados académicos positivos, y emociones negativas con resultados medio-
                 cres (Capítulo 3). Desenmarañar esta compleja relación constituye una pesada
                 tarea y sin duda pasará un tiempo antes de que tengamos una comprensión
                 más clara de cómo operan estos constructos. Por ahora, sea como sea, pode-
                 mos intentar descifrar lo que actualmente sabemos sobre cómo las emociones
                 (tanto las positivas como las negativas) impactan en el aprendizaje.



                 LAS EMOCIONES NO SON ILÓGICAS

                 Spock estaba equivocado; las emociones no son ilógicas. Los humanos son seres
                 emocionales, de manera que el modo en que los individuos reconocen y regulan
                 estas emociones puede tener un importante impacto en su trayectoria futura.
                 Los psicólogos usan el término, en cierto modo extraño, de “afecto” para des-


                                                                         © narcea, s. a. de ediciones





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