Page 15 - Hacia una escuela ecohumanista
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Conocer y actuar 21
Mantener el nivel de la materia en estado de equilibrio: no podemos exigir un
nivel inalcanzable, porque generamos frustración, ni prescindir del reto
y la dificultad, porque favorecemos el conformismo y la apatía. Es decir,
hay que conocer y considerar los límites cognitivos de cada alumno y man-
tener en él un nivel de tensión adecuado para su progreso permanente
(Willingham, 2011)
Organizar un método evaluativo que contemple diferentes evidencias. Esta di-
versidad evaluativa ofrece dos ventajas fundamentales: dota de más po-
Muestra gratuita
sibilidades de superación a los alumnos y les ayuda a gestionar y com-
pensar sus déficits con sus puntos fuertes, favoreciendo el proceso de
autorreflexión sobre su aprendizaje. Se pueden diseñar diferentes tipos
de controles, valorar actividades optativas, plantear investigaciones y
proyectos, de forma que se disponga de un sistema de valoración versátil
y transparente.
Evitar obsesiones estériles y centrarse en generar pasión por el conocimiento en
general y por nuestra materia en particular. Los alumnos poseen persona-
lidades y estilos diferentes. Pueden ser caóticos, tímidos, atrapados en ma-
nías, espontáneos… Hay que lidiar con todo esto de forma natural, sin mal-
gastar energías en vano. Si marcamos un ritmo intenso de actividad y unos
límites claros, estos temas quedan diluidos y dejan de tener importancia.
Disponer de opciones y materiales diversificados para adaptarse a momentos pun-
tuales en los que se precisa repasar, asimilar un concepto, plantear cuestio-
nes derivadas interesantes o proporcionar ideas o estímulos para pequeñas
investigaciones. La diversidad y adecuación de fuentes de información y de
actividades sobre los contenidos constituye un valor muy apreciado por el
alumno o alumna, que también ve como algo positivo la creación de mate-
rial propio e individualizado por parte del profesor.
Insistir a diario y de forma transversal en los temas de fondo que generan un
buen ambiente de trabajo en el aula, como el trabajo colaborativo y la probi-
dad académica, la empatía y el respeto, la persistencia y la resiliencia. Esta
educación, la invisible, la realmente importante, es la que realmente hace
posible que el equipo de aprendizaje se transforme en realidad. Llegar a este
punto idóneo, o acercarnos mucho a él, repercute de manera decisiva en la
calidad educativa y, esto es lo más importante, en formar nuevas generacio-
nes sobre bases éticas y actitudinales sólidas.
Poner de manifiesto nuevas oportunidades para todos los alumnos. Creer en todos
ellos, transmitir la sensación permanente de que el progreso es posible. El
fracaso escolar disminuye si renovamos continuamente esta confianza en la
superación personal y la fomentamos con nuestro acompañamiento.
A lo largo de estos años he podido comprobar que los profesores tenemos que
observar y conocer para poder actuar en consecuencia y con sensibilidad. Conocer
y actuar son dos verbos que van de la mano. Considerar todos estos aspectos nos
ayuda a reinventarnos como docentes y conseguir en buena medida, con nuestro
grupo clase, este equipo de aprendizaje.
© narcea, s. a. de ediciones