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[ Es muy importante esta inscripción. El faraón debía ser puro, como lo demuestran varias sentencias mágicoreligiosas
de los antiguos textos piramidales: "... El faraón ha sido purificado con la purificación del dios puro ...", "... el Faraón
asciende del lugar puro ...", "... la pureza de los dioses es la del Faraón ...", "... El Faraón se ha purificado, toma para sí el
trono que está en el Cielo ...", "... el Faraón es puro, el está vivo ...", "... ¡Cuán perfecta es tu purificación! ...", "... Tu Pureza
es la Pureza de los Dioses ..." y "... su purificación es la purificación de Horus ...". Esta última sentencia está
estrechamente relacionada con el nombre de Horus de Kheops.]
Recordemos estas valiosas traducciones, muy relacionadas con el último capítulo de este libro, donde trataremos sobre
la Trascendencia o Ascensión. Y siguiendo sus meticulosas traducciones: "El Equipamiento Secreto de ... ¿Kheops?."
Hay algunas dudas, quizá por el deterioro de las pinturas, pero evidentemente se trata de un constructor, que pudo ser
el refaccionista. Hay un jeroglífico, el Hmt, que lleva el código U24, que significa textual, fonética y literalmente "taladro", y
al cual los egiptólogos fueron dejando de lado por falta de comprensión de su relación con el resto del mensaje. Ajustando
el resumen del delicado trabajo de nuestro admirable Georgeos, la traducción final quedaría en: "Qué poderoso es el
taladro del Equipo del Señor de la Corona Blanca Jenum-
Jachufu".
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Sólo estudiando en profundidad los trabajos de este investigador, es que se puede tener idea de la importancia histórica
y científica de su labor. No obstante, ello quizá convenza a alguien de la autenticidad de los grafitos y de la inocencia de
Howard Vyse, pero al mismo tiempo nos pone en otra perspectiva respecto a la autoría de la pirámide, diferente de
quienes pudieron hacer aquellos grabados. Asombrosas ambas tecnologías; la de los primeros, para construirla, la de los
segundos para repararla o acondicionarla para los usos más trascendentales, puesto que según nuestros arquitectos es
imposible haber metido en la pirámide, una vez construida, los bloques que componen las "cámaras de descarga" (en
realidad, deberíamos llamarles "Cámaras de resonancia").

Si los egipcios no pudieron disponer del conocimiento necesario
para diseñar la G.P. (sistemas de medición cuántica -como veremos
más adelante-, microscopios electrónicos de barrido, herramientas
láser o similares para pulido y mediciones) y conocimientos
geodésicos muy avanzados, al menos disponían de tecnología para
perforar el duro granito o para ablandarlo... O ambas cosas.
Una cuestión importante aunque no lo parezca, es el hecho de
que los grafitos en cuestión estén PINTADOS, no esculpidos. No
fueron grabados de modo más duradero, ni en un lugar destinado a
ser visto, como habría hecho el constructor del más maravilloso
edificio levantado hasta hoy según conocemos. Sin embargo va a
tono con un "graffiti" de los obreros mandados o quienes pudieran
repararla milenios más tarde.
Del mismo modo, el hecho de que se encuentren algunos
jeroglíficos invertidos, de costado, en posiciones aleatorias, como
habiendo sido escritos en la cantera o allí mismo, pero ANTES de
colocar las piedras en el lugar que ocupan dentro de la pirámide, da
un viso de autenticidad a los mismos.

Pero no excluye la posibilidad de que hayan sido colocados
"blandos" en el interior (en cubos, como nuestro cemento) para su
posterior endurecimiento. En ese momento pudieron pintarse y luego colocados en su ubicación definitiva. Vamos a dar
por supuesto que así sea, sería cosa de los obreros, porque... ¿Colocarían los constructores originales una placa en un
lugar no visible ni destinado a descubrirse -y aunque así fuera- sus partes de modo desordenado, contraviniendo todo el
orden y perfección de su obra? En síntesis, según la lógica más elemental: Los constructores estaban más desarrollados
que nosotros en demasiadas cosas; quizá en milenios, si vale una comparación temporal. Los egipcios, los que escribían
en jeroglíficos tenían una tecnología muy diferente. Menor que la de los constructores originales pero en algunos aspectos,
más avanzada que la nuestra, al menos en cuanto a tratamiento de la piedra.

A Georgeos Díaz-Montexano debemos también el descubrimiento real y definitivo en el 2003, de la Atlántida, que sin
perjuicio de que se puedan encontrar "otras Atlántidas" la hallada por él es sin duda alguna la descrita por Platón, puesto
que en base a la interpretación correcta de las crónicas clásicas es que la ha encontrado. Aunque hasta la fecha algunos
de los vendedores de misterios -y menos la arqueología oficial- no han querido "quemar" dicho enigma y el asunto esté
poco publicitado. Además, hay intereses espurios por parte de otros académicos, que -a diferencia de Georgeos-, carecen
de ética y pretenden hacer suyo el descubrimiento oficial de este investigador.
En lo particular, estoy entusiasmado con el tema porque siento -por pura intuición, quizá- que en el fondo marino, en los
alrededores de la Atlántida o dentro de su "conurbano", se encontrarán interesantes pirámides cuando pueda continuar
Georgeos su exploración, que ya está debidamente iniciada y documentada.