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- En efecto... -siguió explicando el aludido- Empezamos un ensayo de análisis biológicos, pero con criterio puramente
físico. Hemos logrado medir con una cámara de alta frecuencia (parecida a la Kirlian) agregada a nuestros aparatos, las
funciones magnéticas en las células, comprendiendo mejor cómo funcionan éstas. Finalmente, toda la vida tiene que ver
con la física, aunque hay una parte que se nos escapa, que está más allá... No sé cómo explicarlo.
- Me lo imagino. -comenté- Pues nuestro verdadero Ser no es físico. Si bien el cuerpo es una máquina extraordinaria, no
podemos explicarlo todo bajo las ciencias materiales.
- Eso es. -dijo Herminio (II)- Yo concibo una idea de Dios como que éste es un gran matemático. Pero la matemática por sí
sola no puede explicar la existencia de Dios, y éste existe por lógica. Sin tal Dios, cualquiera sea la forma o aspecto en que
lo concibamos, no podría existir la Inteligencia Perfecta del Universo. Digamos que "alguien" tuvo que inventar el Universo
y luego las matemáticas, para que éste funcione bajo Leyes Perfectas.
- O quizá al revés. -dije- Primero Dios pudo crear las matemáticas para darle una expresión perfecta al Universo...
- Si, también puede ser -dijo el matemático- Pero el caso es que llevado esto a lo físico, también encontramos que muchas
funciones de las células no son las que puede esperarse en un modelo puramente mecánico. Hay una especie de
"voluntad", de capacidad de decisión y elección, inmanente en los núcleos celulares. Hemos usado pantallas
tridimensionales para hacer un testeo cuántico completo en una célula. En un cristal mineral, por ejemplo, podemos
predecir sin error lo que ocurrirá con tales o cuales átomos, pero en las células no. Aunque tenemos un conteo casi
completo de los átomos de una célula...
- Pero estás hablando -le interrumpí- de algo fabuloso. ¡Una célula tiene millones de átomos!
- ¡Y billones! -dijo Roberto- Pero el caso es que podemos hacerlo. No estamos gastando una fortuna en este laboratorio
para que hagamos experimentillos de aula escolar...
- Podemos hacer conteo atómico -siguió Herminio (II)- en volúmenes de hasta cinco centímetros cúbicos, y a nivel cuántico
en poco menos de un centímetro cúbico. No se nos escapa ni un átomo en el primer caso, o ni un neutrino en el segundo,
sin ser vigilado y contado. Y con el RBHV, medimos estadísticamente hasta la cantidad de neutrinos que hay en diez
milímetros cúbicos de cualquier cuerpo orgánico. Por eso descubrimos lo de la forma del agua. Los neutrinos tienden a
acomodarse en el centro del conjunto molecular, para lentamente incorporarse a los átomos carentes. Pero en el agua se
acomodan en el interior de una pirámide, igual que ocurre en la macroescala. En vez unirse a las que desde ahora
llamamos protomoléculas de H2O, se establecen en el centro. Te repito, un solo H2O no es agua, sino un óxido de
hidrógeno, una protomolécula bipolar. Para ser agua, que moje, que funcione como agua, deber ser (5 [H2O] )
- Pero a lo que íbamos con el tema de la "voluntad celular", -siguió Roberto- es que además de haber una especie de
molde magnético que determina que las células se reproduzcan donde falten éstas por heridas o cualquier deficiencia, hay
una especie de "orden magnética", a modo de mensajes que se envían unas células a otras. Las células reciben del
cuerpo magnético de la persona, una indicación cualquiera, pero también entre ellas "hablan", enviando mensajes en forma
de ondas de altísimas y/o bajísimas frecuencias. Estas ondas en ultra o infra-frecuencia no podemos captarlas de ninguna
manera. Pero las hemos podido verificar estudiando unas reverberaciones -que en principios nos parecían misteriosas- en
la atmósfera de neutrinos dentro de una célula. ¿Vas entendiendo?
- ¡Claro!. Es increíble... -dije- Y habiendo suficientes neutrinos en las células, estos mensajes son más claros. Mientras que
la falta de ellos, como ocurre en la atmósfera normal, dificulta la "comunicación intercelular".
- Eso es. -dijo Herminio II- Los neutrinos acumulados en la atmósfera piramidal cumplen al menos dos funciones que
conozcamos. La primera es completar cuánticamente los átomos de todos los elementos, lo que influye en una mejor
formación de las moléculas, ya sea de agua, de ADN o cualquier compuesto. Y la segunda es que facilita las relaciones,
las comunicaciones e interacciones de la vida orgánica. Especialmente en el orden celular.

Mientras continuábamos conversando, hacíamos un recorrido por la casa, inspeccionando los resultados de los
experimentos llevados a cabo en todas las pirámides. El aparaterío principal, dispuesto en la Pirámide Mayor, había sido
despojado de la carcasa de aluminio y dotado de una de plástico, a fin de verificar mejor los efectos del material de la
pirámide. En ésta se hacían las mediciones más importantes. Era de aluminio normal, de 6,2 metros de lado de base y casi
cuatro de altura. Sus vigas de ocho milímetros de espesor, con medio metro de ala cada ángulo, no tenía mucho que
envidiar a la HP en cuanto a efectos.

En la "Segundona", de cinco metros de lado de base, teníamos la mayor parte de las plantas en experimentación. Las
Begonias rex disciplinadas, que normalmente y en las mejores condiciones alcanzan treinta centímetros de largo en las
hojas, tenían ya más de medio metro. Los helechos pilosos Hixies, que raramente llegan a cuarenta centímetros de altura,
habían alcanzado los setenta, pero con tal amplitud de follaje que hubo que retirar algunos y cambiar las macetas.
En otra pirámide de cuatro metros y medio de lado teníamos más plantas y los demás experimentos eran de orden físico,
puesto que nunca acepté usar animales que debieran permanecer enjaulados. Se usaron muy pocos animales y los
resultados fueron magníficos.
- ¿Conoces al perro de tu Amigo Toninho Mendoça? -me preguntó Roberto-.
- ¡Si, claro, un afgano hermoso y muy inteligente!
- Pues, ese mismo. Fue atropellado por un anta en la selva y se le mantuvo una semana en la pirámide. Sólo se le sacaba
en su camilla para llevarlo al veterinario, pero finalmente su dueño mandó a construir una pirámide porque Danado se
mejoró espectacularmente y volvía a la casa para meterse en la pirámide en cuanto le abríamos la puerta. Si no le