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Los Maestros Arquitectos de siglos pasados, conservaban antiguos conocimientos, que enriquecieron con su propia
creatividad para hacer catedrales, pero las limitaciones del sistema mercantil no les permitieron llegar a más. En cambio
los pre-egipcios, como los pre-mayas pudieron aprender a usar el enorme electroimán terrestre sobre el que vivimos, con
su medio Gauss en la atmósfera y entre 0,8 y 1,3 Gauss en el suelo, para extraer energía eléctrica, conducirla,
transformarla, convertirla en otras manifestaciones que hoy empezamos a conocer gracias a la arqueometría y la física
cuántica. Creo que los famosos templos de Déndera, Luxor, Saqqara, Abydos y todos esos inexplicables complejos sin
ninguna utilidad conocida realmente hasta ahora, eran grandes circuitos electrónicos para el manejo de energía telúrica,
para su conversión en energía eléctrica y/o para finalidades terapéuticas y otras aplicaciones relacionadas al ser humano y
la biología en general.
Con la pirámide, eso no es una teoría a estas alturas, en que además de conocer y usar a diario los efectos terapéuticos
de la pirámide magnética simple, se están haciendo avances en otros usos más amplios, como en la agricultura. Hasta se
están diseñando generadores eléctricos piramidales, para producirla a partir del magnetismo terrestre, a pesar de la
inconveniencia que representa para el mercado financiero un desarrollo de energía que resulta ecológica y gratuita.
En mi teoría de los Templos Electrónicos la pirámide es la pieza fundamental y sería una gran noticia que aparecieran
arqueólogos libres de fosilización académica que vean estas cosas con sentido común. Son necesarios para la ciencia,
porque saben trabajar con cuidado, aman y respetan el pasado y lo que éste nos deja, pero no tendrá futuro como ciencia
si no cambian ya mismo sus libros, para atenerse estrictamente a los datos que se recaban y - es imperiosamente
necesario- que dejen su soberbia de titulillos para compartir la arqueología con toda clase de personal técnico y científico,
olvidando las falsas designaciones de "cámaras mortuorias", "altares" y terminología completamente falta de fundamento.