Page 40 - Libros de Caballerías 1879
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AMADÍS DE GAULA
que puedas acabar lo que has comenzado! ¡Ay, qué
hermosura de caballero! En éste es caballería bien
empleada, pues que sobre todos la mantiene en la
su grande alteza.
Otro día de mañana la Reina se vino a ellos con
todas sus damas, e hallólos hablando con el Rey, e
comenzóse la misa, e dicha, armóse el Doncel del
Mar, no de aquellas armas que en la lid el día ante
trajera, que no quedaron tales que pudiesen algo
aprovechar, más de otras muy más hermosas y fuer-
tes. E despedido de la Reina e de las dueñas e don-
cellas, cabalgó en un caballo holgado que a la puer-
ta le tenían, y el rey Perión le llevaba el yelmo e
Agrájes el escudo. E saliendo por la puerta de la
villa, vieron al rey Abies sobre un caballo negro,
todo armado. Los de la villa e los de la hueste to-
dos se ponían donde mejor la batalla ver pudiesen,
y el campo era ya señalado, el palenque hecho con
muchos cadahalsos en derredor del. Y desque ambos
tomaron sus armas, salieron todos del campo, enco-
mendando a Dios cada uno el suyo, y se fueron aco-
meter sin ninguna detenencia a gran correr de los
caballos, como aquellos que eran de gran fuerza e
corazón. A las primeras heridas fueron todas sus
armas falsadas, y quebrando las lanzas, juntáronse
uno con otro, así los caballos como ellos, tan brava-
mente, que cada uno cayó a su parte, e todos cre-
yeron que eran muertos, e los trozos de las lanzas
tenían metidos por los escudos, que los hierros lie-
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