Page 42 - Libros de Caballerías 1879
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AMAD1S DE GAULA
su espada con ambas las manos, y dejóse ir al Don-
cel, cuidándolo ferir por cima del yelmo, y él alzó el
escudo donde rescibió el golpe, e la espada entró tan
dentro por él, que la no pudo sacar; e tirándose
afuera, dióle el Doncel del Mar en descubierto en
la pierna izquierda tal herida, que la mitad della
fué cortada, y el Rey cayó tendido en el campo.
El Doncel fué sobre él, e tirándole el yelmo, di-
jóle:
—Muerto eres, rey Abies, si te no otorgas por
vencido.
El dijo:
—Verdaderamente muerto soy, mas no vencido,
e bien creo que me mató mi soberbia, e ruégote que
me fagas segura mi compaña, sin que daño reciban,
y llevarme han a mi tierra, e yo perdono a ti e a
los que mal quiero, e mando entregar al rey Perión
cuanto le tomé, e ruégote que me hagas haber con-
fisión, que muerto soy.
Muerto el rey y partidos los irlandeses con su
cadáver, la Doncella de Dinamarca, enviada por
Oriana, y que había visto el final de la pelea, entregó
al Doncel del Mar el pergamino en que iba escrito su
nombre y le dio el recado de su señora de que lo
antes que pudiera se partiera para la Gran Bretaña.
E leyendo el Doncel del Mar la carta, conoció por
ella que el su derecho nombre era Amadis. Acaba-
da la habla, fué tomado el Doncel del Mar por el
rey Perión e Agrajes e los otros grandes de su par-
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