Page 41 - Libros de Caballerías 1879
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LA GUERRA DE G AULA
gabán a las carnes; mas como ambos fuesen muy
ligeros e vivos de corazón, levantáronse presto, e
quitaron de sí los pedazos de las lanzas, y echando
mano a las espadas, se acometieron tan bravamente
que los que al derredor estaban habían espanto de
los ver. La batalla era entre ellos tan cruel e con
tanta priesa, sin se dejar holgar, e los golpes tan
grandes, que no parescían sino de veinte caballeros.
Ellos cortaban los escudos, haciendo caer en el cam-
po grandes rajas, e abollaban los yelmos y desguar-
necían los arneses, de manera que lo más cortaban
en sus carnes; e salía dellos tanta sangre, que sos-
tenerse era maravilla; mas tan grande era el ardi-
mento que consigo traían, que cuasi dello no se
sentían. i
Así duraron en esta primera batalla fasta hora de
tercia, que nunca se pudo conocer en ellos flaqueza
ni cobardía, sino que con mucho ánimo se combatían.
El rey Abies, como muy diestro fuese por el gran
uso de las armas, combatíase muy cuerdamente, guar-
dándose de los golpes e hiriendo donde más podía
dañar. Las maravillas que el Doncel hacía en andar
ligero e acometedor y en dar muy duros golpes, le
puso en desconcierto todo su saber, e a mal de su
grado, no le pudiendo ya sofrir, perdía el campo.
Tanto fué aquejado, que volviendo casi las espal-
das, andaba buscando alguna guarida con el temor
de la espada, que tan crudamente la sentía; pero
como vio que no había sino muerte, volvió, tomando
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