Page 78 - Libros de Caballerías 1879
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AMADÍS DE GAULA


           —Yo te dejaré este mi escudero que te ayude, e
         dame ese caballo; e prométote de darte dos caballos
         mejores por  él.
           El escudero gelo otorgó. Amadís subió en el caba-
         llo, que era muy hermoso, e partiendo de  allí, co-
         menzó de se  ir por  el camino cuanto podía; e ha-
         llóse ya cerca del día en un valle donde vio una
         ermita, e fué allá por saber  si moraba hi alguno; e
         hallando un  ermitaño,  le preguntó  si pasaran por
         allí cinco caballeros que llevaban dos doncellas.
           —Señor —dijo el hombre bueno— , no pasaron que
         los yo viese; mas  ¿vistes vos un  castillo que allá
         queda ?
           —No —dijo Amadís— ; e ¿por qué lo decís?
           —Porque —dijo él— agora se va de aquí un don-
         cel mi sobrino, que me dijo que albergara hí Arca-
         laus  el Encantador, e traía unas hermosas doncellas
         forzadas.
                                         pues  ese  traidor
           —Por Dios —dijo Amadís— ,
         busco yo.
           —Cierto —dijo  el ermitaño— ,  él ha hecho mu-
         cho mal en esta tierra; mas ¿no traéis otra ayuda?
           — 'No —dijo Amadís— , sino la de Dios.
           —Señor —dijo   el ermitaño—, ¿no decís que son
         cinco, e Arcalaus, que es el mejor caballero del mun-
         do e más sin pavor?
           —Sea él cuanto quisiere —dijo Amadís— ; que él
         es traidor e soberbio, e así lo serán los que le aguar-
         dan, e por esto no les dudaré. Ruégovos que me ha-
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