Page 83 - Libros de Caballerías 1879
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LAS PROEZAS DE GALAOR                —


       —¡Por santa María! —dijo el caballero— , no pa-
     saréis de aquí hasta que me lo digáis o vos comba-
     táis comigo.
       E Galaor no hacía en esto sino irse y el caballero
                                      ;
     del valle le dijo:
       —Cierto, caballero, vos fuídes habiendo hecho al-
     gún mal, e agora vos guardad, que saberlo quiero.
       Entonces fué a  él con su lanza bajada, y  el ca-
     ballo al más correr. E Galaor que  el caballo más
     diestro traía, guardóse del encuentro, echándose a un
     lado, e no hacía sino ir adelante cuanto podía andar.
     El caballero, que su caballo tan presto tener no pudo,
     cuando tornó vio que Galaor se  le había alongado
     gran pieza, e dijo:
       —Si me Dios ayude, no me vos iréis así.
       Y  él, que sabía bien la tierra, tomó por un atajo
     e fuésele poner en un paso.
       Galaor, que lo vio, mucho le pesó, y el caballero
     le dijo:
       — 'Cobarde, malo, sin corazón; agora escoged de
     tres cosas cual quisierdes: o que os combatáis, o vos
     tornad, o me decid lo que os pregunto.
       —De cualquier me pes?. —dijo Galaor— , mas no
     hacéis como cortés, que yo no me tornaré, e  si me
     combatiere, no será a mi placer; mas si queréis sa-
     ber la priesa que llevo, seguidme y verlo heis, por-
     que me deternía mucho en vos  lo  contar,  e a  la
     cima no me creeríades; tanto es de mala ventura.
       —En   el nombre de Dios —dijo   el caballero
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