Page 85 - Libros de Caballerías 1879
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LAS PROEZAS DE GALAOR
aquel que ya su muerte por salvar la vida ajena te-
nia ofrecido; e seyendo cerca dellos, vio al Rey me-
tido en la cadena, e hobo del tal pesar, que no du-
dando la muerte, se dejó correr a los cinco que de-
lante venían e dijo:
—¡Ay, traidores! Por vuestro mal posistes mano
en el mejor hombre del mundo.
E los cinco vinieron contra él; mas él hirió al
primero por los pechos en guisa que el fierro con
un pedazo de la asta le salió a las espaldas, e dio con
él muerto en tierra; e los otros le firieron tan
fuerte, que el caballo ficieron con él hiñojar, y el
uno le metió la lanza por entre el pecho y el es-
cudo, e perdiéndola, la tomó Galaor, e fué herir al
otro con ella en la cuxa de la pierna, e falsóle el ar-
nés e la pierna, y entró la lanza por el caballo; así
que el caballero fué tollido e allí quebró la lanza,
e poniendo mano a la espada vio venir todos los
otros contra sí, y él se metió entre ellos tan bravo,
que no ha hombre que de verlo no se espantase cómo
podía sofrir tantos y tales golpes como le daban; y
estando en esta gran priesa y peligro, por ser los
caballeros muchos, quísole Dios acorrer con los dos
cohermanos que lo seguían, que cuando así lo vieron
mucho fueron maravillados de tan gran bondad de
caballero, e dijo el que en pos del iba
—Cierto, sin razón culpábamos aquél de cobarde,
e vámosle socorrer en tan gran priesa.
—¿Quién haría al —dijo el otro— sino acorrer al
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