Page 95 - Libros de Caballerías 1879
P. 95
EL ARCO DE LOS LEALES AMADORES
CAPITULO SEGUNDO
EL ARCO DE LOS LEALES AMADORES
Volvamos ahora a Amadís y sus acompañantes
que con la doncella y el gobernador, que había sa-
lido a recibirlos, se fueron al castillo por donde toda
la insola se mandaba, que no era sino aquella en-
trada, que sería una echadura de arco de tierra fir-
me, todo lo al estaba de la mar rodeado, aunque en
la insola había siete leguas en largo e cinco en an-
cho; e por aquello que era insola, e por lo poco
que de tierra firme tenía, llamáronla Insola Firme.
Pues allí llegados, entrando por la puerta, vie-
ron un gran palacio las puertas abiertas e muchos
escudos en él, puestos en tres maneras, que bien
ciento dellos estaban acostados a unos poyos, e sobre
ellos algunos estaban más altos, y en otro poyo sobre
los diez estaban dos, y el uno dellos estaba más
alto que el otro más de la meitad. Amadís pre-
guntó que por qué los pusieron así, e dijéronle
que así era la bondad de cada uno cuyos los escu-
dos eran, que en la cámara defendida quisieron en-
trar; e los que no llegaron al padrón de cobre es-
taban los escudos en tierra y los diez que llegaron
al padrón estaban más altos, y de aquellos dos el
más bajo pasó por el padrón de cobre, mas no pudo
91