Page 61 - Vuelta al mundo en 80 dias
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Se verificó el cambio de pelucas. Durante estos preliminares, Picaporte hervía de
impaciencia porque la aguja le parecía andar terriblemente aprisa en el reloj grande del
pretorio.
La primera causa repuso entonces el juez Obadiah.
¿Phileas Fogg? dijo el escribano Oysterpuf.
Heme aquí respondió mister Fogg.
¿Picaporte?
¡Presente! espondió Picaporte.
¡Bien! dijo el juez Obadiah . Hace dos días, acusados, que os están espiando en todos
los trenes de Bombay.
Pero, ¿de qué nos acusan? exclamó Picaporte impaciente.
Vais a saberlo respondió el juez.
Caballero dijo entonces mister Fogg , soy ciudadano inglés y tengo derecho...
¿Os han faltado a los miramientos? preguntó mister Obadiah.
De ningún modo.
¡Bien! Haced entrar a los querellantes.
Por orden del juez se abrió una puerta, y tres sacerdotes indios fueron introducidos por un
al-guacil.
¿No lo decía yo? dijo Picaporte . ¡Esos bri-bones no son los que querían quemar a esa
joven señora!
Los sacerdotes se mantuvieron de pie delante del juez, y el escribano leyó en voz alta una
querella de sacrilegio formulada contra el señor Phileas Fogg y su criado, acusados de
haber profanado un lugar consa-grado por la religión brahmánica.
¿Habéis oído? preguntó el juez a Phileas Fogg.
Sí, señor respondió mister Fogg mirando el reloj , y lo confieso.
¡Ah! ¿Conque lo confesáis?
Lo confieso, y estoy aguardando que esos tres sacerdotes declaren a su vez lo que querían
hacer en la pagoda de Pillaji.