Page 66 - Vuelta al mundo en 80 dias
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las miradas por el grupo de las Andaman, paso pronto, y el "Rangoon" se dirigió con
                  rapidez hacia el estrecho de Malaca, que debía darle acceso a los mares de la China.

                  ¿Qué hacía durante la travesía el inspector Fix, tan desgraciadamente arrastrado en aquel
                  viaje de circun-navegación? Al salir de Calcuta, después de haber dejado instrucciones para
                  que, si llegase el manda-miento, le fuese remitido a Hong Kong, había podido embarcar a
                  bordo del "Rangoon" sin haber sido visto de Picaporte, y confiaba en disimular su presencia
                  hasta la llegada a puerto. En efecto, difícil le hubiera sido explicar por qué se hallaba a
                  bordo sin excitar las sospechas de Picaporte, que debía creerle en Bombay. Pero la lógica
                  misma de las circunstancias reanudó sus relaciones con el honrado mozo. ¿De qué modo?
                  Vamos a verlo.

                  Todas las esperanzas, todos los deseos del inspec-tor de policía se concentraban ahora en
                  un solo punto del mundo, Hong Kong; porque el vapor se detenía muy poco tiempo en
                  Singapore para poder obrar en esta ciudad. La prisión debía verificarse por consi-guiente en
                  Hong Kong, porque, si no, se le escaparía el ladrón sin remedio.

                  En efecto, Hong Kong era todavía tierra inglesa, pero la última. Más allá, la China, el
                  Japón, la Améri-ca ofrecían un refugio casi seguro a mister Fogg. En Hong Kong, si
                  llegaba por fin el mandamiento de pri-sión, Fix prendería a Fogg, y lo entregaría a la policía
                  local. No había dificultad; pero más allá de Hong-Kong, no bastaría ya un simple
                  mandamiento de pri-sión, sino que sería necesaria un acta de extradición. De aquí
                  resultarían tardanzas, lentitudes y obstáculos de toda naturaleza,  que el ladrón
                  aprovecharía para escaparse definitivamente. Si la operación no se podía verificar en
                  Hong Kong, sería, si no imposible, mucho más difícil poderla efectuar con alguna
                  probabilidad de éxito.

                  "Por consiguiente  decía Fix para sí durante las dilatadas horas que pasaba en el
                  camarote  o el man-damiento estará en Hong Kong y prendo a mi hombre, o no estará y
                  será necesario retrasar su viaje a toda costa. ¡Salido mal en Bombay y en Calcuta, si no doy
                  el golpe en Hong Kong, pierdo mi reputación! Cueste lo que cueste, es necesario triunfar.
                  Pero, ¿qué medio emplearé para retardar, si fuese necesario, la partida de ese maldito
                  Fogg?"

                  En última instancia, Fix estaba decidido a revelár-selo todo a Picaporte, dándole a conocer
                  el amo a quien servía y del cual no era ciertamente cómplice. Picaporte, con esta
                  revelación, debería creerse com-prometido, y entonces se pondría de parte de Fix. Pero éste
                  era un medio aventurado que sólo podía emplear-se a falta de otro. Una sola palabra dicha
                  por Picapor-te a su amo hubiera bastado para comprometer irrevo-cablemente el negocio.

                  El inspector de policía se hallaba pues, muy apu-rado, cuando la presencia de Aouida a
                  bordo del "Ran-goon", en compañía de Phileas Fogg, le abrió nuevas perspectivas.

                  ¿Quién era aquella mujer? ¿Qué concurso de cir-cunstancias la habían traído a ser
                  compañera de Fogg? El encuentro había tenido lugar evidentemente entre Bom-bay y
                  Calcuta. Pero, ¿en qué punto de la península? ¿Era él acaso quien había reunido a Phi leas
                  Fogg con la joven viajera? Ese viaje al través de la India, por el contrario, ¿había sido
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