Page 118 - Huasipungo - Jorge Icaza
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olor  a  tierra  removida  les  pone  sobre  avi-  119
        so  de  lo  que  pasa.
          -¡La creciente!- grita  alguien.
          Afirmación  que  se  clava  en  la  sorpresa
        de  los  campesinos  aplastando  el  timbre  de  alarma
        que  repercute  en  el  valle  con  cien  voces  desespe-
        radas.
          -¡ ¡ La  creciente! !
          De .las  chozas  salen  despavoridas  las  indias  con
        los  guaguas.  Todo  cuanto  se  mira  presenta  un  es-
        tado  de  terror;  rocas  desnudas  de  las  orillas  don-
        de  el  agua  lodosa  se  estrella,  allá en  el  cauce  leja-
        no,  ruido  que  ronca  inc·csantemcnte,  gr'itos  deses-
        perados  de  la  indiada  que  va  dejando  en  las  cho-
        zas  abrigo  y  pan,  todo  esto  acrecentado por  el  eco
        que  repite  con  monotoní.a  de  payaso  formando  la
        gran  batahola  de  los  terremotos.
          Los  gritos  se  alelan  cuando  el  agua se  presenta
        muy  cerca  de  las  primeras  chozas  con  su  panza
        terrosa,  voraz.
          Todos  clavan  con  obstinación  la  mirada  en  los
        tumbos . furiosos  que  al  estrellarse  contra  algún
        obstáculo  lo  despedazan  en  partículas· infh1itas.
          Por instantes  se  oye  algún  grito  perdiüo,  es  que
        las  indias,  en  su  carrera  alborotada,  aej.aron  en  las
        chozas  al  guagua  tierno,  al  perro  amarrado,  a  la
        vaca con  cría,  a  las  gallinas,  a  los  cuyes,  a  los  tai-
        H   u    A   S       p    u   N   G    o







                     Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"
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