Page 120 - Huasipungo - Jorge Icaza
P. 120

Flota  entre  la  muchedumbre  un  silericio  J2J
             sofocante.  La  creciente  sigue  implaca,ble  a-
             rrastrando  espuma,  basuras,  cabezas  de  ga-
             nado,  chozas  desbaratad.as.  niños y  uno  que
             otro  indio  pescado  al  paso  de  sorpresa.  De  pron-
             to  alguien  grita:  "¡ Vamós  al  vashe  de  abajo,  ashí
             se  extiende  el  río  convirtiéndose  casi  todo  en  pla-
             ya!"
               -¡Vamós!
               -¡Vamós!
               El  vínculo  del  terror  que  les  mantenía  unidos,
             con  esa  fuerza  secreta  que  ata  en  los  grandes  do-
             lores,  rles.aparece  ante  la  esperanza,  y,  ansiando
             pescar un  re~to de  noticias, ciegos, sin razonar mu-
             cho,  se  precipitan  camino  abajo  en  carrera  desor-
             denada,  cayendo  y  levantando,  con  la  angustia
             prendida  en  el  pecho;  es  la  carrera  en  pos  de  los
      \
      1      hijos,  de  los  ancianos,  de  los  restos  de  huasipun-
      1
       1      go.  Corrían  al  través  de  los  maizales,  de  los  huer-
             tos,  salvando  los  baches;  'brincando  las  zanjas,  en
             una  ve1·dadera  c.arrera  a  campo  traviesa.  Los  ro-
             deos  que  tenían  que  dar  cuando  se  encontraba11
             con  pantanos  o  lagunas  venían  a  avivar  la  fuerza
              de  la  marcha.  No  importa  hundirse  hasta  las  ro-
              dillas  en  el  barro,  no  importa  dejarse  arañar  por
             las  moras  y  los  pencos,  no  importa  sumergirse  en
              el  agua  hasta  las  ingles,  el  agua  de  la  creciente
              H   u   A    S       p   u   N    G   o







                     Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"
   115   116   117   118   119   120   121   122   123   124   125