Page 124 - Huasipungo - Jorge Icaza
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Mientras más suplica, más furia ponen los 125•
·vengadores.
- Tum;:¡, caraju. ¡ Tum.a !-
-Misirable e un t·aita Dius. j Turna!
Sintiéndose instrumentos del Divino Hacedor se-
guían apasionadamente machacando los huesos y
la carne dd compañero.
-N u ... Nuuuu- bufa el apaleado ¡·etorcién-
dose.
-Dale ... Dale, caraju ...
Y a no se oyen las lamenta-ciones, sólo el ruido
seco de los palos crispa los nervios de los árboles.
--Ya cru qui'stá judidu- exclama el Taco de-
jando de pegar, y viendo que el indio, ya ni se
queja, ni se mueve, y recibe los palazos con indi-
ferencia de costal de papas. Sólo la sang1·e mana
por la cara pegada a la tierr.a, paralizando la ac-
ción furiosa que pone en fuga a los apaleadores.
El cadáver se pudrió allí, no hubo quien le re-
coja. Era un cadáver maldito; además los gallina-
zos sólo dejaron los huesos pelados cu.ando el ca-
dáver -se puso fétido.
La aldea y el valle se poblaron de comentarios.
-Castigo de Dios- exclama el cura.
-Castigo de Dios~ afirman los, y~¡;jos.
--Palpablito está el castigo,<d~: ÍJios~··co~enta
.~:.,.::·y· i -· ~:.:::t~~--.,t,:\
el Jacinto. ...
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Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"