Page 27 - Huasipungo - Jorge Icaza
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J o R G E e A z A
para atrás y tomando aire de prócer de monu-
mento, exclamaba:
-Es que ustedes no ven s·ino lo que les da la
nariz: pero yo ... Yo tengo mis planes.
En efecto, no había errado. Ahora, a la sombra
de la enredadera que teje una cortina entre los pi-
lares del corredor del cur.ato y que pone encaje de
luz en el sucio, tratan acaloradamente del negocio
más· zrande: Guamaní y los indios.
-Este viejo Isiclro tiene que ser un ladrón-,
asegura el terrateniente.
-Un hombr~ que sabe lo que vale la tierra y
los indios- comenta el cura.
-Pero eso . no le produce nada: páramos, ciénc-
gos, monte.
-¿N o cuenta usted los indios?
-¡ Los indios!
El religioso se hunde en una pausa para ver la
mejor manera de asegtu·ar los doscientos sucrcs
que le tocaban de comisión en el negocio. El di-
nero se le iba de l;~s manos. El sabrá ngarrarse.
Hasta Dios dice: "Agárrate que yo te agarraré".
Con tal de no agarrarse de los pencos, las tunas y
las mor.as que producen los pantanos del Isi-
dro, estaba salvado.
-Sinembargo, yo necesito comprar. eso-- a-
28 firma con aire clespreocupa'do don Alfonso.
Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"