Page 43 - 12 Kepler
P. 43

Mis astros no fueron un Mercurio matutino en el ángulo de la sépti-
             ma casa en cuadratura con Marte, sino Copémico y Tycho Brahe,
             sin cuyos diarios observacionales continuaría enterrado en tinieblas
             todo lo que he sacado a plena luz hasta el día de hoy; Saturno no fue
             el soberano de Mercurio, sino los excelsos emperadores Rodolfo y
             Matías, mis soberanos; el Capricornio de Saturno no fue la morada
             de los planetas, sino la alta Austria, la casa del emperador [ ... ].  El
             único efecto de mi constelación natal es que ha despabilado la lla-
             mita de mi talento innato y del discernimiento, ha instado a mi espí-
             ritu a trabajar con constancia y ha acrecentado mis ansias de saber.

             ¿Acertaba o  no  acertaba? La historia de las predicciones
         acientíficas es siempre engañosa porque olvida los desaciertos y
         propala los aciertos y el mensaje ambiguo ha de granjearse la con-
         nivencia del receptor para que aporte la otra mitad. En cierta oca-
         sión se produjo una violenta tormenta que  oscureció el  cielo,
         conforme a una predicción suya, de tal forma que salió la gente a
         la calle prorrumpiendo el nombre de Kepler. En cambio, sus pre-
         dicciones meteorológicas para 1604 fueron tan desatinadas que
         algunas personas juiciosas le aconsejaron que abandonase su tra-
         bajo como calendarista. Sus mecenas le instaban a que concre-
         tase,  que  no se limitara,  por ejemplo, a  predecir una próxima
         batalla -eso era fácil de predecir-, sino quién sería el vencedor.




         PRIMER MATRIMONIO Y PROBLEMAS RELIGIOSOS

         Por recomendación de sus amigos, Kepler decidió casarse con la
        joven Barbara Müller, natural de un pueblo cerca de Graz. Pese a
         tener tan solo veintitrés años, ese era ya su tercer matrimonio, tras
         enviudar dos veces. De su primer marido, aportaría a la casa fa-
         miliar a su hija Regina, personaje importante en la vida de Kepler
        por el gran cariño que siempre le tuvo.
            Como se ha dicho,  Kepler era luterano y estaba en Graz en
         una escuela evangelista (sinónimo prácticamente  de  «protes-
        tante», de «luterano» y de acogerse a la confesión de Augsburgo ),





                                                 EL ASTRÓLOGO Y VISIONARIO   43
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48