Page 78 - 12 Kepler
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mente,  Kepler tuvo que aceptar el compromiso de no p11blicar
                    nada que hiciera uso de los datos de Tycho sin la autorización de
                    Tengnagel. Para mayor dificultad, al favorecer Rodolfo II la Con-
                    trarreforma, aquel se convirtió oportunamente al catolicismo y
                    fue nombrado consejero imperial de apelación, aumentando así
                    su influencia en la corte. El caso es que los herederos querían una
                    pronta terminación de las tablas, por los beneficios económicos
                    que podía reportarles la herencia de su progenitor y, sin embargo,
                    con su actitud, la entorpecían. Aunque Tengnagel murió en 1622,
                    los hijos  de  Brahe pusieron tan pertinaces estorbos como los
                    había puesto su cuñado.


         «Las Tablas rudoljinas que Tycho Brahe concibió como padre,
         las he portado y desarrollado en mi interior durante
         veintidós años completos, del mismo modo que el embrión
         se va gestando poco a poco en el seno de la madre.
         Ahora me atormentan los dolores de parto.»

         -  KEPLER,  EN  UNA  CARTA  DIRIGIDA A  SU  AMIGO  BERNEGGER,

                        Cuando Kepler tuvo que mudarse a Linz para ser nombrado
                    Matemático Territorial, las autoridades le mantuvieron el encargo
                    de la finalización de las Tablas rudoifinas, además del de elaborar
                    un mapa de la región, molesta misión que le obligó a emprender
                    numerosos viajes, sufriendo la desconfianza, a veces violenta, de
                    los campesinos recelosos.
                        En Linz no encontró ningún impresor competente, por lo que
                    tuvo que buscar otra ciudad, donde viviría provisionalmente para
                    vigilar la calidad de la impresión. Como la situación militar estaba
                    ya muy enmarañada, no sabía Kepler qué lugar elegir «si uno ya
                    devastado o uno por devastar» ( vastatus an vastandus). ¿Estras-
                    burgo, Ulm,  Núremberg? No,  el nuevo emperador, Fernando 11,
                    exigía que se hiciera en Austria. Es notable nuevamente el tesón
                    de Kepler. Como en Linz no había impresor, convenció a uno para
                    que mudara su imprenta allí.  Pero finalmente Kepler fue  expul-
                    sado por su condición de luterano y la impresión se llevó a cabo






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