Page 160 - 13 Pitagoras
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día que se conoce como «neopitagorismo». Los neopitagóricos
recuperaron la figura de Pitágoras, considerándolo el fundador de
su forma de pensamiento, y proclamaron a menudo su autentici-
dad, asegurando que pretendían revivir las doctrinas pitagóricas.
No obstante esta ambición de pureza, además de las doctrinas
puramente pitagóricas, en el neopitagorismo se dan cita elemen-
tos platónicos, aristotélicos, estoicos y orientales.
Las ideas neopitagóricas se encuentran tan dispersas en fuen-
tes tan dispares que es difícil reducirlas en un sistema único. Las
principales tesis comunes a todos los pensadores neopitagóricos
son las siguientes:
- La realidad suprema es una unidad, de la que la unidad
numérica es una manifestación.
- Esta unidad engendra las realidades restantes por medio
de movimiento, que más tarde se describirá como «emana-
ción».
- La unidad es absolutamente pura y trascendente.
El neopitagorismo fue tan solo un tímido refluir, sin especial
calado, de la herencia pitagórica en la historia de la ciencia y el
pensamiento. Pero los efectos de aquellas antiguas doctrinas se-
rían muchos y duraderos. Desde los tiempos de los pitagóricos,
los más importantes filósofos y científicos que moldearon el mun-
do intelectual griego, sobre todo durante el período helenístico,
especularon con el diseño matemático de la naturaleza. La teoría
quedó establecida durante el período clásico, y la investigación de
las leyes matemáticas quedó institucionalizada. La mayoría de los
grandes matemáticos aceptaron aquellas ideas y las siguieron con-
cienzudamente. La doctrina imperó hasta finales del siglo XIX, y
durante todo ese tiempo la investigación del diseño matemático
se identificó con la búsqueda de la verdad. Algunos griegos, como
Ptolomeo, sostenían que las teorías matemáticas eran solo inten-
tos humanos de proporcionar una descripción coherente del
mundo, pero la convicción en que las leyes matemáticas conte-
160 PITAGÓRICOS Y NEOPITAGÓRICOS