Page 8 - 13 Pitagoras
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que  componen su identidad de  manera indisociable:  Pitágoras
                     mago y matemático, hombre de conocimiento racional e irracio-
                     nal a un mismo tiempo.
                         La aportación del sabio de Samos se desarrolló en el contexto
                     de la religión griega. La concepción más popular de esta se corres-
                     ponde con el panteón de dioses que ha llenado de iconos la narra-
                     tiva occidental.  Sin embargo,  los dioses olímpicos son solo un
                     estrato posterior; frente a él se sitúa una vertiente más antigua
                     relacionada con lo subterráneo y lo mistérico. Ya desde la época
                     arcaica, los griegos estuvieron en contacto con pueblos como los
                     tracios o los escitas, de cuya tradición chamánica recibieron nu-
                     merosas influencias. Pitágoras emergió en ese mundo, y extendió
                     su sombra magnífica como hombre religioso imbricado a la vez
                     con el comienzo de la reflexión científica en el mundo griego. La
                     ambivalencia de Pitágoras es la evidencia de que no puede sepa-
                     rarse el origen de la filosofía (una palabra cuya propia creación se
                     le atribuye, aunque erróneamente) de la religión griega. Para los
                     griegos, el intelecto tenía inspiración divina. Los poetas y los sa-
                     bios de la antigua Grecia estaban tan cerca de los dioses como los
                     profetas y los sacerdotes. Pitágoras fue elevado a una categoría
                     divina y, de hecho, es la primera figura de hombre «divino» cono-
                     cida en el mundo occidental que reunió a su alrededor una secta
                     de seguidores adheridos a su doctrina.
                         Al contrario de lo que aseguran algunas voces, la existencia
                     real de Pitágoras no ofrece ninguna duda.  Su vida se desarrolló
                     aproximadamente entre los años 570 y 490 a.c., e incluso es posi-
                     ble dar por auténticas varias fechas de su biografía. Existen prue-
                     bas suficientes de su salto a la esfera pública a los cuarenta años,
                     cuando huyó de Samos -una isla del mar Egeo muy próxima a
                     Asia Menor- para escapar del tirano Polícrates. Alrededor del año
                     530 a.c. se estableció en la colonia griega de Crotona, en la Magna
                     Grecia, donde organizó una secta religiosa y se involucró de ma-
                     nera activa en la política hasta el punto de expandir su hermandad,
                     y con ella su influencia, por todo el sur de Italia. Ahora bien, en
                     cuanto a su nacimiento, sus viajes y su formación, todo queda den-
                     tro del terreno de la leyenda, una leyenda compuesta por los ele-
                     mentos míticos característicos de su mundo y su tiempo.






          8          INTRODUCCIÓN
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