Page 69 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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-¿Qué si le pegué a mi hermanito? Eso depende de cómo interpretes la palabra pegarle . Es
decir, es cierto que hice contacto con él, pero ¿lo consideraría algún jurado como «pegarle»? Todo
es relativo, ¿sabes?
-¿Qué si le pegué a mi hermanito? Sí, papá. Lo hice. Pero no fue mi culpa. Si yo hubiera nacido
con cromosomas no agresivos, y si no me hubieras permitido ver televisión, nunca hubiera
sucedido. Así que se puede decir que le pegué a mi hermano, pero no es mi culpa. Soy víctima de
la crianza y la naturaleza.
La verdad, lo aprendemos pronto, no es divertida. No nos gusta la verdad.
No solo que no nos gusta la verdad, sino que no confiamos en la verdad . Si somos brutalmente
francos (lo cual es aconsejable al hablar de la honradez) tenemos que admitir que la verdad parece
inadecuada para hacer lo que necesita hacerse.
Queremos que nuestros jefes gusten de nosotros, así que les lisonjeamos. Lo llamamos
adulación. Dios lo llama mentira.
Queremos que la gente nos admire, así que exageramos. Lo llamamos estirar la verdad. Dios lo
llama mentira.
Queremos que la gente nos respete, así que vivimos en casas que no podemos pagar y
compramos cosas a crédito que tampoco podemos pagar. Lo llamamos la manera moderna de
vivir; Dios lo llama vivir una mentira.
SI NO DECIMOS LA VERDAD
Ananías y Safira representan cuánto los humanos no confiamos en la verdad. Vendieron una
propiedad y dieron la mitad del dinero a la iglesia. Le mintieron a Pedro y a los apóstoles,
aduciendo que habían vendido la tierra por la cantidad que dieron. Su pecado no estuvo en
quedarse con una parte del dinero; fue la falsa representación de la verdad. Su engaño resultó en
su muerte. Lucas escribe: «Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron
estas cosas» ( Hechos 5.11 ).
Más de una vez hemos oído a personas que cuentan su historia con una risa nerviosa y dicen:
«Me alegro de que Dios no parta con un rayo a los mentirosos». No estoy seguro de que no lo
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