Page 73 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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Usted se aleja mascullando algo acerca de un destornillador para apretar tornillos.






            EL INVERNADERO DEL CORAZÓN



            Todo el mundo sabe que se siega lo que se siembra. Usted cosecha lo que siembra. Sin embargo,

            es extraño que lo que sabemos, cuando de cultivar la tierra se trata, tendemos a olvidarlo cuando
            cultivamos nuestro corazón.


                Piense por un momento en su corazón como un invernadero. Las similitudes aparecerán bien
            rápido. El corazón, igualmente, es un regalo magnífico de su Padre. Igualmente es muy apropiado

            para que crezca algo en él. Además, como el invernadero, su corazón tiene que ser cultivado.

                Considere por un momento sus pensamientos como semillas. Algunos pensamientos llegarán a

            ser  flores.  Otros  producirán  hierbas  malas.  Siembre  las  semillas  de  la  esperanza  y  disfrute  del

            optimismo. Siembre las semillas de la duda y espere inseguridad. «Lo que se siembra, se cosecha»
            ( Gálatas 6.7 , VP).

                La prueba está donde quiera que usted mire.  ¿Se ha preguntado por qué algunas personas

            tienen  capacidad  de  teflón  para  resistir  el  negativismo  y  seguir  siendo  pacientes,  optimistas  y
            perdonando? ¿Podría ser que han sembrado con diligencia semillas de bondad y están disfrutando

            de la cosecha?

                ¿Se ha preguntado alguna vez por qué otros tienen la cara tan amargada? ¿Una actitud tan

            lóbrega? Usted también la tendrá si su corazón es un invernadero de hierbas malas y espinos.

                Tal vez usted haya oído el cuento del hombre que regresó un día a su casa y encontró a su

            esposa de mal humor. Llegó a las seis y media de la tarde y pasó como una hora tratando de
            contentarla. Nada sirvió. Finalmente dijo:


                -Empecemos de nuevo, y hagamos como si yo apenas estuviera llegando a casa.

                Salió, y cuando él abrió la puerta, ella le dijo:

                -Son las siete y media de la noche y ¿ahora es que estás llegando del trabajo?

                La  mujer  estaba  cosechando  el  resultado  de  unos  pocos  pensamientos  de  hierbas  malas.

            Hagamos  una  pausa  y  una  aplicación  importante.  Si  el  corazón  es  un  invernadero  y  nuestros

            pensamientos  son  semillas,  ¿ no  deberíamos  tener  cuidado  de  lo  que  sembramos?  ¿ No
            deberíamos  ser  selectivos  respecto  a  las  semillas  que  permitimos  entrar  al  invernadero?  ¿No

                                                                                                                   73
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