Page 78 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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pensamiento. Así que de nuevo acude a Jesús. Usted somete este pensamiento a la autoridad de
            Cristo. Al desenvainar la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, usted aprende que el orgullo no

            agrada a Dios.

                No acaricie ideas exageradas respecto a sí mismo y a su importancia (véase Romanos 12.3 ).

            Pablo  decía:  «Pero  lejos  esté  de  mí  gloriarme,  sino  en  la  cruz  de  nuestro  Señor  Jesucristo»  (
            Gálatas 6.14 ).

                Por más  que  le  gustaría  dar cabida a  este pensamiento en  su  invernadero,  no  puede.  Solo

            permite que entre lo que Cristo permite.

                Un ejemplo más. Esta vez el pensamiento no es de crítica ni de lisonja, sino de tentación. Si

            usted es varón, el pensamiento viene vestido en rojo brillante. Si usted es mujer, el pensamiento es

            el atleta que siempre quería. Hay un cepillo en la mano, perfume en el aire, y la invitación: «Vamos;
            esto no es malo. Somos adultos, ¿no?»


                ¿Qué hacer? Pues bien, si usted no está bajo la autoridad de Cristo le abre la puerta de par en
            par. Pero si usted tiene la mente de Cristo, usted retrocede y dice:  «No tan aprisa. Tienes que

            pedirle permiso a mi hermano mayor». Así que usted lleva esa situación apasionada a Jesús y le
            pregunta: «¿Sí o no?»

                En ninguna parte Él contesta más claramente que en 1 Corintios 6 y 7 : «No debemos buscar

            esa clase de relaciones sexuales que evaden el compromiso y la intimidad, dejándonos más solos

            que  nunca  …  ¿Es  bueno  tener  relaciones  sexuales?  Por  supuesto;  pero  solo  dentro  de  cierto
            contexto. Es bueno que el hombre tenga su esposa, y que la mujer tenga su esposo. Los deseos

            sexuales  son  fuertes,  pero  el  matrimonio  es  lo  suficientemente  fuerte  como  para  contenerlos»

            (Véase 1 Corintios 6.18 ; 7:1– 2 ).

                Armado ahora con la opinión de Cristo y la espada del Espíritu, ¿qué hace usted? Pues bien, si

            la que lo tienta no es su esposa, usted cierra la puerta. Si la invitación es de su esposa, entonces ¡
            HURRA, HURRA, HURRA!

                El punto es este. Guarde la entrada de su corazón. Someta sus pensamientos a la autoridad de

            Cristo. Mientras más selectivo sea usted en cuanto a las semillas, más se deleitará con la cosecha.




                                              Vivan alegres por la esperanza

                     que tienen; soporten con valor los sufrimientos; no dejen nunca de orar.




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