Page 80 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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sus reuniones de personal son «revisiones de basura»? ¿Se podría llamar «desperdicios» a sus
viajes de negocios? Cuando se pone a soñar despierto respecto a su trabajo, ¿le dice su esposa
que saque su mente de la basura?
Aun cuando prefiero dejarle el trabajo sucio a Rathje, su actitud hacia la basura me intriga. ¿
Qué tal si nosotros aprendemos lo mismo? ¿Supongamos que cambiamos la manera en que
vemos la basura que nos sale al paso? Después de todo, ¿no tiene usted que soportar su propia
porción de desperdicios? Tráfico embotellado. Trastadas de la computadora. Vacaciones
pospuestas.
Y también hay días cuando ningún botadero de basura podría contener toda la basura que
enfrentamos: cuentas médicas, documentos de divorcio, recortes en el sueldo y traiciones. ¿Qué
hacer cuando le echan encima todo un camión de aflicciones?
En la pared de la oficina de Rathje hay un titular enmarcado que halló en un periódico: «Oro en
la basura». Este basurólogo halla un tesoro en la basura. Jesús hizo lo mismo. En lo que todo
mundo percibía como calamidad, Él vio una oportunidad. Debido a que vio lo que otros no veían,
halló lo que otros se perdieron.
Al comienzo de su ministerio Jesús dijo esto en cuanto a nuestra visión: «Tus ojos son ventanas
para tu cuerpo. Si abres bien tus ojos en asombro y creyendo, tu cuerpo se llena de luz. Si vives
con los ojos medio cerrados por la codicia y la desconfianza, tu cuerpo es un sótano en penumbra»
(véase Mateo 6.22– 23 ).
En otras palabras, la manera en que miramos la vida determina cómo la vivimos. Pero Jesús
hizo mucho más que articular este principio: lo modeló.
LA NOCHE MÁS NEGRA DE LA HISTORIA
La noche antes de su muerte todo un basurero muy real de ayes cayó sobre Jesús. En algún punto
entre la oración en el Getsemaní y la farsa del juicio se halla lo que sería la escena más lóbrega del
drama de la historia humana. Aun cuando el episodio entero no podía haber durado más de cinco
minutos, el evento tenía en sí tanta maldad como para llenar mil basureros. Excepto por Cristo,
nadie hizo nada bueno. Busque en la escena una onza de valor o una brizna de carácter, y no lo
hallará. Todo lo que hallará será un montón putrefacto de engaño y traición. Sin embargo en todo
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