Page 74 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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debería  haber  un  centinela  en  la  puerta?  ¿No  es  el  guardar  el  corazón  una  tarea  estratégica?
            Según la Biblia, lo es. «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida» (

            Proverbios  4.23  ).  O  como  dice  otra  versión:  «Ten  cuidado  con  lo  que  piensas,  porque  tus

            pensamientos gobiernan tu vida».

                ¡Qué afirmación más cierta! Pruebe el principio, y vea si acaso no concuerda.

                Dos  conductores  estaban  atascados  en  el mismo  embotellamiento  de  tránsito.  Uno  de  ellos
            hierve en cólera, pensando: Mi horario está arruinado . El otro lanza un suspiro de alivio: Buena

            oportunidad para andar más despacio .

                Dos madres enfrentan la misma tragedia. La una queda destruida: Nunca me sobrepondré a

            esto . La otra está alicaída, pero decidida: Dios me hará salir adelante .

                Dos ejecutivos enfrentan el mismo éxito. El uno se da a sí mismo palmaditas en la espalda y se

            vuelve petulante. El otro le da crédito a Dios y su agradecimiento crece.

                Dos esposos cometen el mismo error. El uno amargadamente da por sentado que ha cruzado el

            límite  de  la  gracia  de  Dios.  El  otro  con  gratitud  da  por  sentado  que  ha  descubierto  una  nueva
            profundidad de la gracia de Dios.


                «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida».

                Mirémoslo desde otro ángulo. Supóngase que le pido que cuide mi casa mientras yo me voy de
            viaje. Usted promete tenerlo todo en buen orden. Pero cuando regreso encuentro el lugar en ruinas.

            La  alfombra  está  destrozada,  las  paredes  embadurnadas,  los  muebles  hecho  pedazos.  Su

            explicación no impresiona para nada: unos motociclistas vinieron y necesitaban un lugar donde
            alojarse.  Después  el  equipo  de  fútbol  llamó  buscando  un  lugar  en  donde  tener  una  fiesta.  Por

            supuesto, también llamó el club fraterno, buscando un lugar en donde celebrar sus ceremonias de

            iniciación. Como dueño tengo una pregunta: «¿No sabe cómo decir que no? Esta no es su casa.
            Usted no tiene el derecho de permitir que entre todo el que quiere entrar».

                ¿Ha pensado alguna vez que Dios quiere decir lo mismo en cuanto a nosotros?






            AL CUIDADO DE NUESTROS CORAZONES




            Usted tiene que admitir que algunos de nuestros corazones están en ruinas. Cualquier maleante

            llama a nuestra puerta, y nosotros se la abrimos de par en par. La ira llama, y le permitimos entrar.

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