Page 2 - El maquinista de la General
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Parte I: Formación del cineasta y orígenes de la cinta

                  Ha sido considerada por los críticos como un hito importantísimo en la historia
                  del cine mudo. Y sin embargo, esa aureola de inmortalidad que hoy la acompaña
                  le  fue  negada  en  el  mismo  día  de  su  estreno.  Olvidada,  arrinconada
                  prematuramente en los archivos de la United Artists, la película no reviviría hasta
                  los años sesenta, en la que toda la filmografía de este gran actor era rehabilitada,
                  proyectada de nuevo en los cines y redescubierta con júbilo por toda una legión
                  de cinéfilos. En los setenta llegó incluso a ser catalogada como una de las diez
                  mejores  películas  de  todos  los  tiempos…  y  había  desaparecido  del  mundo
                  durante  casi  tres  décadas.  Toda  una  afrenta  para  uno  de  los  más  brillantes
                  cómicos de la historia del cine.

                                        Como  tantos  otros  actores  de  su  tiempo, Buster
                                        Keaton llegó  al  mundo  del  espectáculo  de  la  mano  del
                                        vodevil.  Hijo  de  unos  modestos  actores  de  variedades,
                                        conocidos  como  «The  Two  Keatons», Buster empezó  a
                                        trabajar  en  los  escenarios  a  la  temprana  edad  de  cuatro
                                        años. Con su precoz colaboración, el espectáculo familiar
                                        pasó a llamarse «The Three Keatons», y el niño despuntó
                                        inmediatamente por sus cualidades expresivas.
                                        En  1917,  cuando  tiene  solo  veintidós  años,  un  golpe  de
                                        suerte le pone en relación con la industria del celuloide. El
                                        conocido actor cómico Roscoe Arbuckle (apodado «Fatty»
                  por  sus  120  kilos  de  peso)  le  invita  a  participar  en  el  rodaje  de  una  de  sus
                  películas, Fatty asesino. El breve papel que interpreta es el de un joven grave y
                  serio, tocado con un sombrero plano, que busca peleas y está siempre distraído,
                  como en las nubes. Es el principio de su característico personaje.



















                  Enamorado  inmediatamente  del  nuevo  arte, Keaton trabaja  para Fatty y  su
                  productor Joseph  M.  Schenck en  dieciséis  cortometrajes  de  dos  rollos  (unos
                  veinte minutos), llevando en algunas escenas, sobre sus costillas, toda la pesada
                  humanidad del voluminoso actor. En muy poco tiempo Buster consigue papeles
                  cada vez más sustanciosos, a la vez que perfecciona su estilo y aporta gags a
                  las  tramas  cinematográficas.  Gracias  a  él  se  producen  algunos  de  los
                  cortometrajes más dinámicos y violentos de la historia del slapstick, ese cine de
                  tortazos,  patadas  y  carreras.  Y  cuando  en  1920 Arbuckle acepta  la  oferta  de
                  trabajar  para  la  Paramount, Schenck le  ofrece  la  posibilidad  de  sustituir
                  a Fatty en los futuros filmes, y eso le catapulta a la verdadera fama como actor.
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