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Socio de Zárate Abogados

               Julio Jiménez, catedrático e investigador de la Universidad La Salle, coincide en que, en términos
           constitucionales,  es  imposible  “echar  para  abajo  la  reforma  energética”.  Explica  que  donde  el
           Ejecutivo federal podría “meter mano” es en el reglamento de la Ley de la Industria Eléctrica y Ley
           de Hidrocarburos.

               Aunque ésta última es la más importante, ya que define los permisos que el gobierno expide por
           ciertas  actividades  de  negocios  relacionadas  con  hidrocarburos  (asignaciones,  contratos  y
           reglamentos) “no tendría mayor margen de maniobra y tampoco podría mover mucho con eso”,
           agrega Jiménez.

               Cuando  el  gobierno  federal  impulsó  la  reforma  energética,  lo  primero  que  contempló  para
           protegerse en caso de cualquier cambio de color en el poder, fue la modificación de los artículos 25,
           27 y 28 de la Constitución.

               La nueva redacción del artículo 27 aprobada por el Senado de la República el 10 diciembre de
           2013, fue criticada por la oposición al considerar que ponía en riesgo el dominio de la nación sobre
           los  recursos  estratégicos  al  eliminar  la  prohibición  para  otorgar  contratos  en  materia  de
           hidrocarburos.

               Para Alejandro Limón, investigador de Energía y Finanzas Públicas del Centro de Investigación
           Económica y Presupuestaria (CIEP), la modificación de este apartado fue “el mejor escudo para
           proteger a la reforma ante cualquier alteración que se quisiera hacer en el futuro”.

               Revertir  la  reforma  energética  requeriría  que  el  Ejecutivo  federal  contara  con  dos
           terceras partes del apoyo en el Congreso

               En  concreto,  si  se  quisiera  acabar  con  la  reforma,  el  Ejecutivo  federal  debería  contar,  por
           principio, con el apoyo de dos terceras partes del Congreso. Algo que, especialistas coinciden, sería
           muy difícil de lograr al tomar en cuenta la división política que existe en este momento en el país.
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