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LAS NUEVAS APUESTAS
En el hipotético caso de que el próximo presidente de México lograra revertir la reforma, los daños
serían irreparables: incertidumbre en los mercados, depreciación en el tipo de cambio y
desaceleración en el crecimiento económico serían las principales consecuencias de esta decisión
en el corto plazo.
Julio Jiménez, catedrático e investigador de la Universidad La Salle, explica que otro de los
efectos negativos sería el deterioro en las relaciones comerciales con Estados Unidos, ya que
muchas de las marcas de gasolineras que se han instalado en el mercado mexicano y han hecho
anuncios de inversiones para los próximos años son de nacionalidad estadounidense.
La reforma energética no está enfocada sólo en el sector de los hidrocarburos, también
se extiende hacia el sector eléctrico, por lo tanto es importante explotar este mercado que
se encuentra creciendo a pasos agigantados
“No nos conviene dañar más la relación que tenemos con Estados Unidos, sobre todo, en un año
crucial para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”,
manifiesta el catedrático.
En términos económicos, el costo sería alto. En 2018, la Sener estima que las inversiones derivadas
de la reforma energética superarán los 100 mil millones de dólares.
“México estaría en un severo problema si mete el freno en contratos que ya están
comprometidos”, enfatiza Alejandro Limón, del CIEP.
El especialista destaca que otro de los impactos para la economía mexicana sería que sin los
nuevos competidores en el mercado, el gobierno no podría obtener ingresos a través de la
recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), por lo que Petróleos
Mexicanos (Pemex) tendría que volver a asumir ese costo.
Depreciación en el tipo de cambio y desaceleración en el crecimiento económico serían
algunas consecuencias de echar para atrás la reforma energética
En cuanto a reputación, México se enfrenta a varias tormentas. La corrupción, la violencia y la
inseguridad han opacado la imagen que se tiene de nuestro país en el mundo.
La segunda mayor economía de América Latina conoce el sabor amargo de generar el
descontento de inversionistas internacionales. En el 2015, el gobierno anunció la cancelación de
dos megaproyectos en los que empresarios chinos participarían.
La medida hizo que el dragón asiático anunciara que sus empresas, al menos hasta el cierre de
este sexenio, no realizarían inversiones de gran relevancia en el país.
“Si la reforma energética terminara, México no sólo quedaría mal frente a los inversionistas
extranjeros que tienen contratos en el país, también dañaría su reputación ante el mundo, situación
que alejaría inversiones importantes en el futuro”, recalca Limón.
La reforma no está enfocada sólo en el sector de los hidrocarburos, también se extiende hacia
el sector eléctrico, industria que está creciendo a pasos agigantados y la energía solar ha sabido
aprovechar esta apertura en el mercado.
En las primeras tres subastas eléctricas se asignaron 37 proyectos solares, que sumarán una
capacidad de casi 5 mil MW y una inversión de 5 mil millones de dólares en proyectos que entrarán