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aplicación de un manual de estilo proporciona uniformidad en estilo y formato en un documento, y en
varios documentos que formen una serie homogénea” (Wikilengua, 2017). En pocas palabras, su finali-
dad es lograr la claridad, coherencia, cohesión, concisión y eficacia de los mensajes producidos por una
entidad emisora. Para ello, se insiste en revisar todos los niveles de la lengua al momento de construirlo:
léxico, morfológico, sintáctico, semántico, fónico y gráfico.
Cabe recordar que cada producto escrito, según sea su área de especialidad, se debe ajustar a alguna
de las siguientes normas:
APA: Psicología, Derecho, Educación, Ciencias Sociales.
UNE: Derecho.
MLA o Icontec: Humanidades y Ciencias Sociales
IEEE: Ingeniería aplicada a las áreas electrónica, robótica, telecomunicaciones, computación, energías
sustentables y tecnologías aplicadas a la salud.
Vancouver: Medicina y Salud.
ACS: Química.
AIP: Física.
AMS: Matemáticas.
Harvard: Biología y ciencias ambientales.
Harvard Business School: Economía.
Es a partir de estos parámetros que quien se propone escribir, no sólo deberá adaptarse a un repertorio
de reglas según la especialidad que trate, sino que en muchos casos corresponderá complementar sus
criterios con las recomendaciones de los manuales o libros de estilo propios de la entidad que produce
o recibe; sean editoriales de libros o revistas, instituciones sociales, académicas, gubernamentales o del
emisor que se trate.
Los principales temas tratados en los manuales de estilo están referidos a:
• Uso de mayúsculas, minúsculas, cursivas y comillas.
• Signos de puntuación.
• Presentación de índices, referencias y bibliografías.
• Tratamiento de la información presentada a través de cuadros, tablas y figuras.
• Recomendaciones terminológicas y lexicales.
• Aspectos legales y de ética del editor.
• Referidas al diseño y a la producción del material (según sea el formato a publicar: web, revista, libro).
En cuanto al estilo de redacción, para la mayoría de los manuales, lo recomendable es utilizar la
forma impersonal, con la voz del autor omnisciente que narra y describe con palabras elocuentes
la realidad objetiva. El cambio a la primera persona del singular podría justificarse para las dedica-
torias y agradecimientos; por lógica, en el caso que los trabajos fueran realizados por varios cola-
boradores correspondería la primera persona del plural.
14 Revista de la Facultad de Ingeniería