Page 3 - BOLETIN CENTRO JUDIO DAVID MATTISYAHU 19
P. 3
El Midrash Dice - Emor
El Midrash Dice - Emor
El Kohén Iosef ben Pikjín padecía un gran sufrimiento debido a una herida
infectada en su pierna. Los médicos decidieron amputarle la pierna a fin de
salvarle la vida.
Por: Grupo Tora
Se les ordenaba a los Kohanim que no se hagan Tamé (impurifiquen)
con el Muerto
Todo el Klal Israel debía santificarse. Sin embargo, los Kohanim debían cumplir
leyes de santidad que superaban a aquéllas que regían al resto de la nación
porque ellos efectuaban el servicio de HaShem en la Santa Casa, el Beit Ha-
mikdash.
Cuando el cocinero jefe ingresaba al servicio del rey, se le advertía, "¡Eres res-
ponsable de la preparación de todas las comidas que se sirvan en la mesa real.
El rey está acostumbrado a la comida más refinada preparada de la manera
más estética. En caso de que alguna vez tocases un cadáver mientras realizas
las compras en el mercado, su olor se impregnará. La esencia será perceptible
en el palacio, y el paladar sensible del rey la detectará en la comida. Por lo
tanto, tenga cuidado de tomar contacto alguna vez con un cadáver!
De manera similar, los kohanim, quienes ofrendaban los sacrificios en el Beit
HaMikdash, deben estar puros de tumá (impurezas) de las que están impreg-
nadas los cadáveres. (Sin embargo, la tumá de los cadáveres no tiene un ori-
gen físico. Se trata de impurezas espirituales ordenadas por el Todopoderoso).
El mandamiento que les ordena preservarse ellos mismos libres de toda impu-
reza inherente a los cadáveres afecta a los kohanim en todas las generaciones.
Ellos no pueden tocar un cadáver o permanecer bajo un mismo techo con uno
de ellos.
Deberán educar aún a sus hijos pequeños para que eviten tumat hamet, cadá-
veres.
Sin embargo, las leyes de pureza de los sacerdotes no rigen para las mujeres;
la esposa o hija de un kohén puede tocar un cadáver. Para ello hay dos razo-
nes:
1 - Las mujeres no realizan la avodá (servicio) en el Beit Hamikdash, y, por lo
tanto, no necesitan mantener el alto nivel de pureza de los kohanim hombres
que efectúan el Servicio.
2 - Desde Javá, la primera mujer, que causó la muerte a toda la humanidad,
las mujeres perdieron el privilegio de participar en la santidad que se adquiere
al protegerse uno mismo del contacto con los cadáveres. También quedan ex-
cluídos de las leyes de pureza los jalalim, kohanim que nacieron de uniones
prohibidas. Sin embargo, a los kohanim con una impureza física también se les
prohibe tocar cadáveres, aunque no pueden efectuar servicios en el Beit Ha-
mikdash como explicaremos más adelante.
Un kohén no puede siquiera tocar un trozo de carne u órgano de un cadáver.
Si bien estas leyes son difíciles de cumplir, los kohanim eran siempre meticu-
losos para hacerlo. Ello es evidente teniendo en cuenta las dos situaciones que
se mencionan a continuación:
El kohén Iosef ben Pikjín padecía un gran sufrimiento debido a una herida in-
fectada en su pierna. Los médicos decidieron amputarle la pierna a fin de sal-
varle la vida.
Continua...
3
3