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Oye mis respuestas y luego de un silencio dice que él es hijo de José
Luis Moscote, que ya pasó del siglo y tiene hijos y nietos y bisnietos
y tataranietos.
Sentado cerca de las tres piedras, el Mamo Juan, de gorrita

blanca, pocos dientes, y algunos pelitos blancos en la cara, dice que
fue a Bogotá cuando López Pumarejo era Presidente y me pregunta
si López todavía está vivo? Cuando le digo que murió hace muchos
años le pareció extraño porque cuando lo conoció. estaba jovencito.
Se levanta de la banquita, le dice unas palabras a su hijo
Moscote y saliendo de la kankurua entra en la noche como si fuera el
día, porque después de largos años de aprendizaje, los Mamos ven
en la oscuridad.
Todo queda en silencio, kogui Moscote me dice: aliste su
morrála bonachi, porque nos vamos. Mama Juan ha dicho que
bonachi irá esta noche a la kancúrua de Aguaringua para oír a
Catano Barro, Mamo del Guatapurí..
Salimos a la oscuridad de una noche sin estrellas y caminamos
en dirección al río. Dos veces tropecé y caí sin consecuencias.
Kogui Moscote aminoró el paso y dijo: esta noche velará en la casa
del jaguar y al amanecer cogerá el camino del mar. En tres días

bonachi llegará a las playas de la Guajira.
Seguimos caminando cuando al rato - llegamos a la Kankúrua - dijo
el kogui - aunque yo de verdad no veía casi nada. Kogui pronunció
unas palabras, me puso en la entrada y desapareció.
Adentro entre penumbras, en un banquito está sentado el Mamo
Catano Barro..Me recibe con palabras de su idioma que no entiendo
y luego yo le contesto con palabras de mi idioma que él tampoco
entiende. Me señala la hamaca y mientras suelto mi morral y el
Mamo Catano aviva el fuego, se hace un silencio largo y oigo
transcurrir al río.

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