Page 44 - Cuentos para Triunfar
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Rafael, el ángel protector, también dio su opinión: "Se debe dotar al  ser
                  excelente, con agudos sentidos que lo protejan y le permitan ver, oír y sentir
                  más allá de lo que toda criatura pueda hacerlo".
                      Y  puso  Dios  en  su  creación,  sensores  nerviosos  por  miles  de  millones
                  distribuidos según las necesidades. Se detuvo cuando llego a los ojos; pues
                  estos serían las ventanas del alma, y también la herramienta capaz de ver lo
                  que es, y lo que podría ser. Construyó los mejores ojos que jamás se hayan
                  conocido. Ciento treinta millones de células en cada uno, serían las encargadas
                  de  descifrar  los  rayos  de  luz  que  el  cristalino  deje  pasar,  a  modo  de  lente
                  autoregulable,  variando  su  curvatura,  luego  de  que  las  pupilas  hicieran  lo
                  propio con la intensidad, y se formara así una imagen invertida en la retina.
                  Todo ese proceso en milésimas de segundo; tiempo suficiente para ver; tiempo
                  suficiente para no esperar.
                         "PERO NO FUE ESO LO MÁS IMPORTANTE"

                      Mientras  Dios  seguía  trabajando  pacientemente,  delicadamente;  Gabriel,
                  su mensajero de todos los tiempos dijo: "Señor, con todo respeto, creo que
                  este ser debe tener el mayor caudal de información que ningún ser en la tierra
                  pueda tener; incluso debe poseerla antes de nacer". Y así fue como creó Dios
                  el  cerebro  más  perfecto  que  pueda  existir.  Diez  mil  millones  de  células
                  nerviosas llamadas neuronas lo componen; y cada una de ellas tiene diez mil
                  puntos de contacto o sinapsis que la conectan con la neurona más próxima;
                  formando  así  la  red  de  transmisión  de  información  más  grande  del  mundo;
                  convirtiendo a este ser en "el ser más complejo que existe"; convirtiendo a este
                  ser,  en  un  ser  capaz  de  tener  diez  billones  de  estados  mentales  distintos;
                  convirtiendo a este ser, en definitiva, en un ser único e irrepetible.
                      Una  vez  terminada  esta  obra,  procedió  Dios  a  ponerle  la  información
                  necesaria  para  tan  compleja  máquina.  Utilizó  los  cromosomas,  células  que
                  poseen material genético y que lo transmiten a través del ADN. En cada una
                  de las células, existen cuarenta y ocho cromosomas, y en cada cromosoma,
                  una larga molécula de ADN. En cada molécula de ADN, existen unos cinco
                  mil  millones  de  nucleótidos,  que  contienen  veinte  mil  millones  de  bits  de
                  información.  Dicho  en  otros  términos,  cada  cromosoma  tiene  el  caudal
                  informativo  equivalente a  unos  cuatro  mil  volúmenes de quinientas  páginas
                  cada uno, del tamaño de la enciclopedia británica.
                      "PERO NO FUE ESTO LO MÁS IMPORTANTE"

                      Entonces  Dios  dio  por  terminada  la  tarea  de  creación  de  "El  Ser
                  Excelente". Un cálido vientre materno lo protegía, día a día, mes tras mes.
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