Page 56 - Cuentos para Triunfar
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Trabajás, te cansás, qué ganás?...
Morir en la pavada
El paisano se dirigía a su ranchito tras las sierras. Iba cabalgando por la
pampa, cuando lo sorprendió la noche. Como buen criollo, decidió pernoctar a
campo abierto. Desensilló el caballo y con los aperos armó la comodidad para
dormir. Con su poncho y una matra se cobijó en la fresca noche de verano en
las alturas.
En el preciso momento de apoyar la cabeza en el pellón, pudo observar a
su lado un nido con un par de huevos:
- Para ser de gaina, son grandes. Y para ser de avestrú son chicos. Se qué
serán estos huevos? – y se durmió pensando.
Antes del amanecer, ya había ensillado su alazán. Luego, tomó a uno de
los huevos y lo metió en una de las alforjas. Lo llevaría para su rancho donde
una pava estaba empavando.
Al llegar, su chinita lo esperaba con un rico mate:
- Sirvasé, un matecito de bienvenida.
- Se agradece, china.
Metiendo la mano en la alforja, saca el huevo y se lo entrega a su
compañera.
- Tome. Lo encontré allá arriba. Baya a saber de que bicho será.
Póngaselo a la pava que está empavando para ver que resulta.
Como la pava es pava, ni cuenta se dio que le agregaban un huevo a los
que estaba cuidando.
Llegó el tiempo de los nacimientos. Salieron los primeros pavitos, y entre
ellos nace este ave. Como todos ellos son parecidos cuando son pichones, no
se podía distinguir a que especie pertenecía el invitado a la fuerza.
La cuestión es que este animalito se crió en la "pavada". Su grupo de pares
eran pavos, de tal manera que podríamos afirmar que el huésped fue
"socializado" en la pavada, y así adoptó las costumbres de la pavada. Por la
mañana muy temprano había que gritar como pavo para que abrieran el corral.
se dirigían en "patota" por el camino buscando el río, y allí pasaban el día
gritando y escarbando entre la tierra arenosa en busca de algún gusanito que
comer. Así transcurría el día y todos los días hasta el atardecer en el que
regresaban al corral. Gritaban un poco más y se dormían para hacer la misma
rutina al día siguiente, y al otro, y al otro...
Un buen día, camino al río, iba nuestro personaje de la historia caminando