Page 52 - Cuentos para Triunfar
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Pero es que tengo la obligación de seguir dando?
                      -  Oh, no – respondió el ángel
                      -  Porque  yo  ya  estoy  cansado  de  dar.  Hasta  cuando  tengo  que  seguir
                          dando?
                      -  Sólo hasta que El Maestro te deje de dar a ti...



                                        Tirando estrellas al mar



                  Un escritor que tenía su casa en la bahía, podía observar desde su despacho
                  cómo un hombre cada mañana muy temprano recorría buena parte de la playa
                  devolviendo al mar las estrellas que habían quedado varadas por la marea.
                      Esto, aparte de despertarle curiosidad, no le permitía concentrarse en su
                  trabajo, una novela que hablaría de las oportunidades que tienen unos pocos
                  para lograr ser lo que pueden ser.
                      Una mañana dejó su casa para dirigirse a la playa al encuentro de aquel
                  hombre:
                      -  Buenos días...
                      -  Buenos días.
                      -  Disculpe, señor: ¿qué está Usted haciendo?.
                      -  No lo ve?. Estoy tirando estas estrellas al mar para que no mueran por
                          el sol.
                      El  escritor  levanto  la  vista  y  pudo  observar  cientos  de  metros;  tal  vez
                  kilómetros de playa con estrellas de mar atascadas en la arena que morirían
                  aquel día.
                      -  Disculpe señor, pero se dio cuenta Usted de la cantidad de estrella que
                          hay a lo largo de toda la playa?.
                      -  Si, me di cuenta.
                      -  Se  puso  a  pensar  cuántas  playas  existen  en  el  mundo  donde  en  este
                          momento hay cientos de estrellas varadas?.
                      -  Si, lo pensé.
                      -  Pues bien, permítame decirle que su esfuerzo será en vano. No marcará
                          ninguna diferencia en la naturaleza tirando unas pocas estrellas al mar.
                      -  Tal vez para mí y para Usted no exista ninguna diferencia; pero para
                          esta estrella que está en mis manos, sí habrá una gran diferencia.
                      Y tirando la estrella al mar, continuó con la tarea...

                      Abandone su actitud de "estrella" y conviértase en un constructor
                  de oportunidades para los demás.
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