Page 50 - Cuentos para Triunfar
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-  Escucha lo que tengo para decirte: Todo eso que hablas es fantástico.
                             Sí, eso es "fantástico"; porque todo lo que hablas es pura fantasía.
                             Entiendo  que  alguien  a  quien  tú  aprecias  te  haya  hecho  creer  que
                             todo eso es posible. Pero tú sabes que la realidad es otra. No me vas
                             a decir que también que gustaría ser millonario. Tienes esposa y un
                             hijo;  además, que va  a  decir  la  gente de ti?. Tienes  un  futuro  que
                             cuidar en tu empleo. No cualquiera gana hoy cuatrocientos pesos por
                             mes. Yo te sugiero que dejes eso para los tontos bohemios, y que
                             vuelvas a la realidad. Por mi parte, no te hagas ningún problema; no
                             le voy a contar esto a nadie  y así nadie se burlará de ti.
                      Después  de  escuchar  atentamente  a  su  amigo,  regresó  confundido  a  su
                  casa. Y confundió también a su esposa cuando vio que había perdido aquel
                  brillo en los ojos que tenía cuando salió. Su rostro había vuelto a la expresión,
                  o mejor dicho, a la inexpresión propia de un espíritu vacío de proyectos.
                      ¿Qué fue lo que pasó?. ¿Qué fue lo que movilizó las fibras más íntimas de
                  su corazón?. ¿Qué fue lo que lo llenó de viejas emociones olvidadas?. ¿Qué
                  instinto surgió de sus entrañas ante la esperanza de un sueño que podía ser
                  finalmente cumplido?. Pensando en ello se durmió... .
                      Al día siguiente, muy temprano se dirigió a su trabajo. Su tarea habitual; la
                  de todos los días; la de todos los meses; la de todos los años. Su esposa lo
                  amaba; su hijo también. Nadie podía señalarlo con el dedo. Él era una persona
                  íntegra; era sincero, siempre fue honesto y anduvo con la verdad...


                      El paso del tiempo tiñó sus cabellos de blanco; sus cejas se poblaron; su
                  espalda, de tanto venir andando, se curvo un poco; su mirada tierna se perdía
                  en el mar de sus lágrimas; su frente mostraba los surcos producidos por los
                  suspiros de quien ve pasar la vida sin poder detenerla; el temblequeo de sus
                  manos parecía querer acariciar el recuerdo de su amada compañera que ya no
                  estaba con él. Sentado en su silla, se mecía al compás de su corazón cansado.
                  Mirando  a  ninguna  parte,  su  mente,  brillante  en  otros  tiempos,  trataba  de
                  recordar su niñez. Y se quedó dormido...
                      De  pronto,  algo  extraño  sucedió.  La  tibieza  desapareció  y  el  cielo  se
                  estremeció en una crujido. Sus glándulas libraban adrenalina para estimular al
                  corazón. Aumentó el azúcar en la sangre, el sistema digestivo se retrasó. La
                  presión  sanguínea  se  incrementó,  mientras  las  venas  y  arterias  se  dilataron
                  para permitir un mayor flujo de sangre. Las pupilas comenzaron a dilatarse y
                  el corazón intentaba una y otra vez latir con fuerza para mantener el equilibrio.
                      En el cielo, un millar de ángeles, arcángeles y cuanto ser celestial andaba
                  por  ahí,  se  reunieron  nuevamente.  De  pronto,  una  de  ellos  dijo:  -  Señor,
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