Page 53 - Cuentos para Triunfar
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-  No te metás en esos negocios. Yo conozco a un amigo que el cuñado de
                          un compañero de trabajo de la hermana del socio del primo de la suegra
                          se metió y le fue mal...
                      -  Yo  soy  empleado. Entro  a  las ocho; salgo  a las diecisiete. Nadie  me
                          molesta  ni  molesto  a  nadie,  y  tengo  mi  sueldito  asegurado  todos  los
                          meses. A mí nadie me mueve...
                      -  Yo soy  médico. Es una tradición en mi familia. Ya mi bisabuelo era
                          médico, igual que mi abuelo y mi padre. Espero que mi hijo, el mayor
                          no se confunda y me salga médico...

                                      Las orugas procesionales



                  Un  entomólogo,  logró  llevar  a  cabo  en  su  laboratorio,  un  experimento  con
                  unos insectos que vulgarmente se llaman orugas procesionales. Su nombre se
                  debe a que estos gusanos se trasladan formando una fila, uno detrás del otro,
                  como si fueran en "procesión".
                      Logró  ubicarlos  de  tal  manera  que  al  seguir  al  de  adelante,  las  orugas
                  formaran un gran círculo de unos dos metros de diámetro; y puso en el centro
                  unas cuantas ramas de pino, alimento preferido de estos insectos.
                      Terminados los preparativos, comenzó a apuntar el comportamiento de los
                  gusanos.
                      Para su asombro, pudo observar cómo una y otra vez las orugas seguían
                  caminando en círculos sin percatarse del alimento que estaba tan cerca. Y así
                  caminaron por horas, incluso días, hasta que comenzaron a morir de hambre y
                  de agotamiento.
                      Pareciera que fuera más fuerte el instinto de seguir a la de adelante, que
                  procurar el alimento que salvaría sus propias vidas...

                      ¡Eureka!. Las personas no somos orugas procesionales.
                      Entonces: por qué nos comportamos como ellas?...
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