Page 83 - Cuentos para Triunfar
P. 83

donde las figuras predominantes eran unos enormes pájaros que cruzaban el
                  cielo rumbo al sol.
                      ¡Qué feliz se pondrá papá, cuando vea este dibujo!. Por fin podré sacarlo
                  de ese calabozo, aunque más no sea mentalmente.
                      Ese domingo se levantó más temprano que de costumbre; se puso su mejor
                  vestido y se dirigió ansiosamente hacia el edificio carcelario de la ciudad.
                      Como era costumbre, o norma de la institución, todos los visitantes debían
                  ser revisados, incluso los niños. Así fue como le tocó el turno a la niña, que
                  llevaba  su  dibujo  entre  sus  manos.  El    guardia  al  registrarla  ve  el  papel
                  enrollado entre sus manos; lo toma, y al desplegarlo ve aquel bello paisaje,
                  con todos esos pájaros:
                      -  Disculpa  niña,  pero  no  está  permitido  entrar  dibujos,  cuadros,  o
                          cualquier objeto que esté relacionado con la libertad. Pues ese paisaje
                          no es común con esta penitenciaría, de manera que debo retener este
                          papel aquí en la guardia.
                      -  ¡Pero es sólo un dibujo! – Dijo entre sollozos la niña.
                      -  Sé lo que quieres decir, pequeña; pero no podemos permitir que nada
                          relacionado con la libertad, sea entregado a los presos. Eso podría tener
                          consecuencias  serias,  al  motivar  a  los  reclusos  a  sentirse  liberados;
                          podría desencadenar un motín.
                      Esa  mañana visitó  a  su  papá, pero no  emitió  ni una sola palabra. Lloró
                  desconsoladamente de angustia y de rabia, de desesperación y de tristeza.
                      Su  esperanza  de  liberar  imaginariamente  a  su  padre,  con  un  dibujo  de
                  pájaros, se vio frustrada para siempre. ¿De qué otra manera se podría dibujar
                  la libertad?. Pensó y pensó, pero no encontró ninguna respuesta en su mente
                  ya turbada por todos estos acontecimientos que tan temprano habían golpeado
                  su vida.
                      Pasaron  días,  semanas;  ya  se  acercaba  el  domingo  de  visitas  y  ninguna
                  idea se le ocurría a la pequeña...
                      Ese domingo se levantó más temprano que de costumbre; se puso su mejor
                  vestido y se dirigió ansiosamente hacia el edificio carcelario de la ciudad.
                      Al llegar a la puerta, el guardia la detuvo para revisarla. Llevaba entre sus
                  manos una gran hoja de papel, como la del domingo de visitas anterior:
                      -  Pero miren a quien tenemos aquí. Es la niña de los pájaros. En aquella
                          oportunidad te dije que no podrías traer  esa  clase de dibujos para tu
                          padre.
                      -  Lo  sé, señor. Pero  este  es  un  dibujo de  un  árbol. La  última  vez que
                          visité a mi padre, vi por la pequeña ventana de su celda, un gran árbol
                          de  manzanas  que  estaba  junto  al  gran  muro;  de  manera  que  decidí
                          dibujárselo para que de esta manera pueda verlo no solamente de día,
   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88