Page 28 - El Misterio de Salem's Lot
P. 28

—¿Qué, la vieja lavandería?
               —Aja.
               —Pero ¿para qué puede quererla alguien?

               —No sé.
               —Bueno. —Nolly se levantó y volvió a ajustarse el cinturón—. Me parece que
           voy a dar una vuelta por el pueblo.

               —De acuerdo —aprobó Parkins mientras encendía otro cigarrillo.
               —¿Quieres venir?
               —No, me quedaré un rato aquí sentado.

               —Muy bien. Hasta luego.
               Nolly bajó por los escalones mientras se preguntaba (no por primera vez) cuándo
           se  decidiría  Parkins  a  jubilarse  para  que  él,  Nolly,  pudiera  tener  el  trabajo  con

           dedicación exclusiva. ¿Cómo demonios se podían investigar crímenes ahí sentado en
           los escalones del ayuntamiento?

               Parkins  le  vio  alejarse  con  una  vaga  sensación  de  alivio.  Nolly  era  buen
           muchacho, pero tremendamente ansioso. Sacó el cortaplumas del bolsillo, lo abrió y
           empezó de nuevo a recortarse las uñas.




                                                            4




               Jerusalem's Lot se incorporó al territorio nacional en 1765 (doscientos años más
           tarde celebró él bicentenario con fuegos artificiales y una procesión por el parque,

           durante la cual una chispa incendió el vestido de princesa india de la pequeña Debbie
           Forrester  y  Parkins  Gillespie  tuvo  que  poner  a  la  sombra  a  seis  tipos  por
           emborracharse  en  la  vía  pública),  es  decir  cincuenta  años  antes  de  que  Maine  se

           convirtiera  en  uno  de  los  estados  de  la  Unión  como  resultado  del  compromiso  de
           Missouri.
               El  pueblo  debía  su  extraño  nombre  a  un  suceso  bastante  trivial.  Uno  de  los

           primeros residentes en la zona era un granjero larguirucho y hosco llamado Charles
           Belknap  Tanner,  que  criaba  cerdos.  Una  de  las  marranas  más  grandes  se  llamaba
           Jerusalem. Un día, a la hora de alimentar a los animales, Jerusalem salió del corral,

           escapó hacia el bosque inmediato y allí se volvió salvaje y agresiva. Años más tarde,
           para ahuyentar a los chiquillos de su propiedad, Tanner seguía inclinándose sobre el
           portón y graznándoles con el ominoso tono de un cuervo: «¡No os metáis en el solar

           de Salem, si no queréis acabar destripados!» La advertencia pasó a la historia y el
           nombre también. El episodio no demuestra gran cosa, a no ser que en Estados Unidos
           de Norteamérica hasta los cerdos puedan aspirar a la inmortalidad.

               La calle principal, llamada en un principio Portland Post Road, recibió en 18% et




                                         www.lectulandia.com - Página 28
   23   24   25   26   27   28   29   30   31   32   33