Page 43 - MANOS COMO DEDOS DE AGUA
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asfixiaba en su negrura; y el inesperado bochorno

               daba​ ​paso​ ​a​ ​la​ ​llovizna​ ​de​ ​siempre.




                       El resto ya lo conoces Budo. Vinieron las


               preguntas, un cuerpo de hombre muerto, desnudo,


               en la terraza. Mi frialdad en las respuestas --no

               tenía ninguna. Además, David se había muerto de


               muerte natural, como moriremos todos cuando esta

               vida se escape hacia el ilimitado vacío, en la


               espera​ ​de​ ​una​ ​nueva​ ​historia.
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