Page 39 - MANOS COMO DEDOS DE AGUA
P. 39
moverse en esa dirección; pero no te levantabas
por hacerme compañía. No te movías a comerte la
barra de pan para solidarizarte con mi
preocupación y poner esa cara de perro que haces
en mi lugar.
- Si madre, tienes razón, últimamente no duermo
bien; me voy a tomar unos días de descanso -.
Algo así le dije -mentía en lo de los días de
descanso- y no podía quitarme de la cabeza que
David andaba por ahí mirando lejos las calles
húmedas, hecho un desorden molecular,
extrañando la posibilidad de llevarse una tortilla de
patatas a la boca.