Page 36 - MANOS COMO DEDOS DE AGUA
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me encontraba contemplando la silueta recortada

               de​ ​los​ ​Jerónimos​ ​sobre​ ​la​ ​luna.


                       Vi otra vez a Evelina sacando una botellita

               de cristal de su bolso mientras yo le daba la


               espalda en la cocina. Tu Budo, te acercaste a


               olerla, pero ella te acarició el lomo y el contacto de

               su piel te hizo sonreír y mirarla con ojos de gracia.


               Abrió la botella y depositó un líquido transparente

               -como el agua sin gas- en ambas tazas de las que


               luego​ ​bebimos.




                       Luego me vi sola tumbada en el sofá, con un

               libro y contigo a mi lado, y en un momento, una
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