Page 131 - Resiliente
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minutos y poder prepararnos para su ingreso, la otra preocupa-

                   ción que tenemos, que está latente, es la cantidad de comida
                   que nos quede por el mes.



                   Hemos estado pensando que tenemos que bajar a buscar comida,

                   pero un cargamento mayor, por supuesto, buscar medicinas
                   y suplementos, también necesitamos materiales para hacer menos

                   endeble esa maldita barricada del patio de la urbanización,
                   esta tarde Máximo y yo lidiamos con otro de esos podridos,

                   ahora ya veo que se están pudriendo bastante.



                   Máximo lo acabo dándole un machetazo en la frente y luego
                   lo tiramos al otro lado de la urbanización, también hemos

                   considerado hacer una zanja para esos malditos, creo que
                   es mejor que no los veamos ni los olamos cuando se comiencen

                   a descomponer en serio.



                   23 de mayo



                   A eso de las seis de la mañana del día de hoy descubrimos
                   que la barricada había sufrido un ataque, Máximo y yo cogimos

                   las herramientas de jardinería que habíamos encontrado junto
                   a Mauro el día que lo rescatamos y salimos a buscar a los

                   bastardos, la parte trasera de la urbanización es bastante
                   boscosa, bastante difícil.



                   Cuando salimos nos encontramos con unas cuatro casas en cons-

                   trucción y supimos que así se iban a quedar. Desde luego, in-
                   tentamos buscar por los alrededores los materiales que usaron

                   para construirlas y solo encontramos dos o tres pacas de ce-
                   mento mojado inservible, también vimos un montón de ladrillos

                   que vamos a trasladar pronto a la urbanización, Máximo salió
                   hacia los matorrales y los herbazales crecidos pisando con fuer-

                   za con aquellas enormesbotas y usando todo su peso, parecíamos
                   ganado caminando, y fue unos minutos después, que luego del

                   sonido de los arboles meciéndose por el viento y los pájaros
                   cantando, los oímos, gemidos...




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