Page 220 - Resiliente
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Como de costumbre, yo conduje y esta vez tomamos el Toyota

                                    decidiendo que era más blindado y pesado que el jeep (Los autos
                                    los movimos a la calle lateral, que habíamos bloqueado a su vez

                                    con autobuses y escombros en días anteriores).



                                    Hubo una melancólica despedida, esta vez, sin conflictos entre
                                    Máximo y Cleo, dejamos a cargo a Sandra y a Cleo de la seguri-

                                    dad del autobús de la calle principal, a Camila de la vigilia
                                    de la casa y a Laura de la vigilia del muro de la calle latera.



                                    Si hubo una pequeña refriega entre Laura y Mauro, hasta

                                    la hora actual, Laura no se ha sentado a charlar conmigo
                                    de absolutamente nada, salimos hora y media más tarde de la

                                    hora estipulada y bajamos con normalidad, sin hablar demasiado
                                    en realidad, esquivamos a los Zs y a los Hs de la calle de

                                    bajada que de cuando en cuando formaban algunos cúmulos que
                                    se atravesaban en el camino.



                                    Bajamos con rapidez hasta la bifurcación y luego optamos

                                    por el plan ya mencionado, terminamos en la intersección
                                    con la Av. los Próceres, viendo monstruosas cantidad de Zs

                                    a los lados, asustados, tomamos el canal de subida y aceleramos
                                    el Toyota a toda potencia, el motor resonaba a la par que atro-

                                    pellando a algunos de ellos en plena vía.



                                    Llegamos hasta la intersección entre la Av. los Próceres
                                    y la Av. Las Américas hacia la derecha de nosotros, y seguimos

                                    recto, esquivando a los Zs que invadían toda la calle hasta
                                    el sector de Belenzate.



                                    Ese sector había sido de la alta alcurnia citadina, normalmente

                                    allí vivían los riquillos, ahora todos aquellos coches lujosos
                                    y sus camionetas estaban abandonadas, roídas por el clima

                                    adverso de las últimas semanas, con las puertas abiertas y qui-
                                    zás, aquellos Zs que estaban a su alrededor, eran sus dueños,

                                    es triste ver como todo aquello por lo que tanto luchaste en tu
                                    vida se pierde y tu cuerpo pierde todo lo que fuiste una vez.




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